La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

Soy Helga Sturzenegger, uruguaya de nacimiento y guía de turismo en Francia desde hace más de diez años. También soy docente en la Universidad de París X y para la WFTGA (World Federation of Tourist Guide Associations). Este invierno, tuve el honor de ser invitada como conferencista y tallerista en el Congreso Internacional de Guías de Turismo en San Pedro de Atacama. Y claro, ¿cómo no aprovechar para cruzarme a Uruguay y ver a mi gente? Los congresos, como es habitual, se organizan en invierno, en temporada baja… y con la ola de frío polar anunciada para la semana de mi estadía, la tentación fue clara: ¡irme a las termas! Las de agua más caliente posible, por supuesto: las de Daymán.

Con poquitos días disponibles y una agenda apretada, empecé a buscar la manera de llegar. Así fue como encontré el vuelo de Paranair, con horarios perfectos y un precio realmente accesible. No lo dudé ni un segundo.

Una vez en las termas… ¿qué puedo decir? Un placer de los dioses. Sentí que el alma, el cuerpo y la mente me lo agradecieron profundamente. Relajarme en esas aguas limpias, puras y cálidas, al aire libre y bajo ese cielo increíblemente azul que solo Uruguay tiene, fue un regalo.

Y cada día fue una sorpresa: la ciudad de Salto y la vista al río en crecida, la degustación de productos locales que son una delicia, y esos paisajes que uno a veces olvida que tiene tan cerca.

Hoy, en mi último día, me sumé a una visita guiada por el bosque nativo. Fue una experiencia amena e interesante, en la que tuve el placer de ver en acción a mis futuros colegas: estudiantes del Instituto UTU que se están capacitando con entusiasmo y seriedad. Terminamos la jornada alrededor de un fogón, con guitarreada incluida. ¿Qué más se puede pedir?

Si hay algo que marcó toda mi estadía fue la calidez humana, esa simpatía con discreción uruguaya tan típica de mi "paisito". Pero eso, aunque valioso, en turismo, no alcanza por sí solo. Por eso celebro con entusiasmo lo que empieza a tomar forma: una propuesta turística atractiva, concreta y bien pensada.

Un vuelo corto, una llegada sencilla (¡apenas 15 minutos en taxi profesional hasta las termas!), alojamientos con ideas de avanzada en turismo sustentable, visitas guiadas como alternativa de ocio, productos locales de gran calidad… Salto se está posicionando, y con razón, como un destino que realmente vale la pena.

A veces no hace falta ir tan lejos para encontrarse. Basta con volver a las raíces, al agua que abraza, a la tierra que canta. Y eso, Salto lo tiene.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking
Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte