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Un fallo reciente reaviva las esperanzas de más de 200 trabajadores rurales que aún aguardan el cobro de salarios y despidos impagos tras la quiebra de la empresa.

En una charla con La Prensa, Juan Carlos Albano, dirigente del Sindicato de Trabajadores Rurales (UTRAU), visibilizó un reclamo que lleva años de espera: el cobro de salarios y despidos impagos tras el cierre de Citrícola Salteña. Con cerca de 200 trabajadores involucrados, el reclamo resurge con fuerza a raíz de un reciente fallo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo que podría sentar precedente para la causa.

Una deuda que nunca se saldó

El conflicto se remonta al cierre de Citrícola Salteña, una de las principales empresas del rubro citrícola, que dejó a decenas de trabajadores sin cobrar montos correspondientes a sus haberes. Albano explicó que en su momento, el síndico de la empresa, Lideco, liquidó apenas entre un 30% y un 37% del total adeudado.

"En aquel momento, decidimos como grupo —algunos afiliados al sindicato, otros no llevar el reclamo al Fondo de Insolvencia Patronal que administra el Banco de Previsión Social (BPS)", detalló Albano. Este fondo, financiado por aportes empresariales, está precisamente destinado a cubrir situaciones en las que las compañías no tienen capacidad para pagar a sus empleados.

El dirigente sindical remarcó que "no se está reclamando al gobierno", sino al fondo que debe garantizar estos derechos. “Hay un fondo para cubrir esto. Todos esos tecnicismos deberían desaparecer cuando se trata de dinero que se le debe a la gente”, sentenció.

Un proceso ralentizado por la pérdida de un aliado clave

El proceso de reclamo sufrió un duro golpe con el fallecimiento del abogado Gustavo Grassi, quien encabezaba la representación legal del grupo. “Esto atrasó en años el reclamo”, confesó Albano, señalando que durante un tiempo quedaron “bollando entre abogados”, hasta que finalmente un equipo de tres profesionales tomó el caso.

Actualmente, estos abogados representan a un colectivo de unos 200 extrabajadores. Algunos de ellos fueron despedidos con indemnizaciones importantes que aún no han sido abonadas. Otros tienen montos menores pendientes, pero todos coinciden en lo esencial: es dinero que les corresponde por derecho.

Una luz al final del túnel: El fallo de Casa de Galicia

La esperanza de los trabajadores se renovó gracias al reciente fallo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo en el caso de Casa de Galicia, que guarda similitudes jurídicas con el de Citrícola Salteña. Si bien la causa de los citrícolas aún no llegó al tribunal, este antecedente podría abrir una puerta crucial.

“Creemos que vamos hacia ese camino”, afirmó Albano. Mientras tanto, otros grupos de extrabajadores han optado por distintas estrategias legales, formando grupos más pequeños con abogados independientes. El grupo encabezado por Albano, sin embargo, es el más retrasado debido a las circunstancias mencionadas.

Venta subvaluada y prioridades de cobro cuestionadas

El sindicalista también cuestionó cómo se llevó adelante el proceso de remate de la empresa. La tasación original rondaba los 70 millones de dólares, pero el pliego permitía venderla a la mitad de ese valor. Finalmente, se vendió por unos 36 millones de dólares, una cifra insuficiente para cubrir todas las deudas.

“Primero cobraron la Bolsa de Valores y el Banco República, que tenían prendas. Nosotros quedamos colgados, especialmente los reclamos del 2017 y 2018, que entraron en el concurso. Esas esperanzas de cobro son casi nulas”, explicó Albano.

Y agregó: “Después de los trabajadores, venía toda una lista de proveedores, desde UTE y OSE hasta proveedores de combustible o cajones de madera. Toda esa gente no va a cobrar más. Era esperable cuando se anunció la venta en 36 millones.”

La lucha actual, cobrar lo trabajado en los últimos años de la empresa

A diferencia de los créditos concursales, lo que se reclama actualmente es lo adeudado en los últimos años de operación de la empresa, cuando ya se encontraba bajo administración del síndico. Durante ese período, Citrícola Salteña continuó funcionando, pero en los últimos meses dejó de pagar sueldos.

"Después de que el síndico disuelve el directorio, la empresa sigue trabajando unos dos o tres años. Al final de ese periodo, en los últimos meses, no hubo más plata para pagar. Esas son las deudas que se están reclamando hoy", resumió Albano.

Situación actual y mirada hacia adelante

En cuanto a la situación presente del sector, Albano reconoció que la zafra actual ha sido difícil: la fruta rindió menos de lo esperado y el frío llegó tarde. Sin embargo, en contraste con los años de incertidumbre, destacó que los trabajadores están cobrando regularmente. “Por suerte venimos con los cobros al día, aunque suene raro tener que agradecer eso”, reflexionó.

El caso de los extrabajadores de Citrícola Salteña es, en definitiva, una muestra más de cómo los procesos judiciales pueden dejar en el limbo a cientos de familias durante años. Aunque el camino legal ha sido lento y accidentado, la esperanza de una resolución justa todavía está viva.

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