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El escenario del Teatro Larrañaga será, este 12 de diciembre a las 20 horas, el marco del gran cierre de año de laEscuela Departamental de Ballet de Salto, dirigida por la profesora Mercedes Margall. Con una interpretación adaptada del clásico “Sueño de una noche de verano” de William Shakespeare, más de doscientos estudiantes de distintas edades y niveles coronarán un 2024 de esfuerzo, disciplina y crecimiento artístico.

En una entrevista en el Streaming de Diario La Prensa, Margall compartió los detalles de este esperado espectáculo, los desafíos de sostener una institución con más de 200 alumnos y la satisfacción de ver a las dos primeras egresadas de la escuela convertirse en maestras de ballet.

Una escuela que crece sin pausa

Fundada hace apenas cinco años, la Escuela Departamental de Ballet de Salto se ha transformado en un verdadero semillero artístico. Hoy cuenta con 214 estudiantes, entre niñas, niños y adolescentes, y mantiene una lista de espera de casi 100 aspirantes.

“Funcionamos de lunes a viernes desde las tres de la tarde hasta casi las once de la noche. Y cuando vienen maestros del Sodre, también trabajamos sábados y domingos”, contó Margall, quien además mantiene un estrecho vínculo con el Ballet Nacional del Sodre y con su directora, Cristina Chamorro. Este lazo institucional se traduce en un valioso apoyo técnico y artístico que potencia la calidad del trabajo local.

El crecimiento, sin embargo, trae consigo desafíos logísticos y humanos. “No tengo espacio físico ni días de 30 horas”, dice entre risas la docente. Aun así, el compromiso de las familias ha sido clave, “Los padres son fundamentales. Sin ellos, sostener esto sería imposible”.

Un año de egresos y nuevas metas

El 2024 marcó un hito para la escuela, las dos primeras alumnas culminaron su formación como maestras de ballet. Ambas realizaron exámenes teóricos de historia, anatomía y psicopedagogía, además de dictar clases prácticas bajo la supervisión de Margall.

“Una de ellas se va a Montevideo, pero la otra se queda. Espero contar con ella el próximo año para poder recibir más niños”, señaló la profesora. Con esta nueva generación docente, Margall empieza a proyectar una estructura que permitirá ampliar la oferta sin perder la calidad y el acompañamiento personalizado que caracteriza a su escuela.

El desafío de “Sueño de una noche de verano”

Para cerrar el ciclo, Margall eligió un título ambicioso: “Sueño de una noche de verano”, un ballet que combina actuación, danza y una historia de enredos amorosos y magia.

“Es una obra exigente, porque tiene mucha actuación además de danza. Venimos trabajando hace meses”, explicó. La puesta cuenta con una adaptación coreográfica realizada junto a Cristina Chamorro, en la que se preserva la esencia del repertorio clásico, pero ajustada a las edades y capacidades del alumnado.

Desde las más pequeñas hasta los bailarines principales, todos tienen un papel en escena. “Está completo, hasta con el burro”, bromeó Margall. El entusiasmo se percibe en el elenco y en las familias, que acompañan de cerca cada ensayo. “Siempre nos queda gente afuera, porque el teatro no da abasto”, confesó entre risas.

Un espíritu que trasciende la danza

Más allá de la técnica, la escuela se ha convertido en un espacio de contención y pertenencia. “Es una familia”, afirma la directora. Las alumnas se apoyan mutuamente, incluso fuera del aula: “Ayer una fue a ayudar a otra con el examen de matemática, y se encontraron en la escuela. Es su lugar”.

En tiempos en que se habla de desinterés juvenil, el ejemplo de este grupo rompe los moldes. “Las chiquilinas ensayan aunque yo no esté. Si no puedo ir, ellas van igual. Son muy responsables”, contó Margall con orgullo.

Ese compromiso también se extiende a los padres, que respetan las normas del teatro y la organización del evento. “No hay camerinos para todos, así que cada uno sabe dónde debe estar. Es admirable cómo colaboran”.

Un cierre con doble función y muchas ilusiones

El espectáculo del 12 de diciembre no será el único. Una semana después, el 19 de diciembre, la escuela se presentará nuevamente en el Teatro Larrañaga, esta vez junto a la Orquesta Municipal, interpretando valses de repertorio clásico, entre ellos fragmentos de La bella durmiente.

Y aunque parezca el cierre del año, el trabajo no se detiene. “En febrero ya empiezo con el cuerpo de baile y las chicas que hacen puntas, para fortalecer la musculatura y arrancar en marzo con todo”, adelantó.

Antes de despedirse, Margall invitó al público salteño, “Es una obra divertida, con muchas sorpresas. Los esperamos el viernes 12 a las 20 horas”.

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