En 1995, con la aparición del navegador incorporado a Windows 95 y la expansión inicial de internet, comenzó a gestarse una verdadera revolución cultural. Entre las páginas electrónicas más visitadas de aquellos años se encontraba la del Museo del Louvre, que supo comprender tempranamente que el futuro de la difusión del patrimonio artístico pasaba por el mundo digital. A partir de entonces, la tecnología fue avanzando de manera sostenida, permitiendo que hoy sea posible recorrer, desde cualquier punto del planeta, prácticamente todas las grandes colecciones de arte del mundo.

Ese cambio de paradigma no solo transformó la relación entre los museos y el público, sino que democratizó el acceso a la cultura. La experiencia estética dejó de estar limitada a la presencia física y pasó a integrarse a la vida cotidiana de estudiantes, investigadores y ciudadanos comunes. En ese contexto, resulta pertinente preguntarse por qué Salto, una ciudad con una rica tradición artística, aún no cuenta con una pinacoteca digital propia.

Obras del Museo “María Irene Olarreaga Gallino”

La creación de una pinacoteca salteña en formato digital constituiría un paso significativo a favor de la cultura lugareña. En efecto, hoy existe un relevamiento de las obras de arte pertenecientes al Museo de Bellas Artes de Salto “María Irene Olarreaga Gallino”, pero su difusión pública parece, paradójicamente, algo futurista. El material está identificado, catalogado y preservado, aunque permanece fuera del alcance de la comunidad en el espacio virtual, que es donde hoy se construyen buena parte de los consumos culturales.

Inteligencia Artificial

La propia inteligencia artificial, a través del motor de búsqueda de Google, lo confirma con crudeza: si se buscan obras del Museo de Bellas Artes de Salto en internet, debe saberse que no existe una gran colección digitalizada disponible en línea. Esta carencia contrasta con la importancia del acervo local y con las posibilidades técnicas existentes. Ya es hora, entonces, de llevar adelante este proyecto.

No implicaría costos significativos...

Lo más relevante es que la creación de una pinacoteca digital no implicaría costos significativos para la Intendencia. El gobierno departamental cuenta con funcionarios capacitados, con idoneidad técnica y formación suficiente para realizar las tareas necesarias: registro fotográfico profesional, catalogación, carga de datos y mantenimiento básico de una plataforma digital. No se trata de una quimera tecnológica, sino de una decisión política y cultural.

Colecciones privadas

Además, la pinacoteca digital no debería limitarse exclusivamente al Museo Gallino. Por el contrario, podría ampliarse mediante una convocatoria a propietarios de distintas colecciones privadas, invitándolos a permitir que sus obras sean fotografiadas de manera adecuada. De este modo, el proyecto no solo abarcaría la producción de artistas salteños, sino también cuadros y piezas artísticas que, aun no siendo de autores locales, se encuentran en manos de salteños y forman parte del patrimonio cultural de la ciudad.

Viabilidad de la iniciativa

Existen antecedentes concretos que demuestran la viabilidad de esta iniciativa. A modo de ejemplo, mediante un acuerdo con el Poder Legislativo, se seleccionó un conjunto de cuadros en dominio público de la pinacoteca del Palacio Legislativo para ser digitalizados y subidos a la base de datos autores.uy, desde donde pueden ser consultados libremente. Nada impide que Salto recorra un camino similar, adaptado a su realidad y a su escala.

Identidad cultural

Una pinacoteca digital salteña no solo preservaría y difundiría el patrimonio artístico, sino que fortalecería la identidad cultural, estimularía la educación y proyectaría la imagen de la ciudad más allá de sus fronteras. En tiempos donde la cultura también se construye en la red, Salto no puede ni debe quedar al margen.