Reservas escasas y expectativas moderadas

Con el comienzo oficial de las vacaciones de invierno este fin de semana, los operadores turísticos de Salto esperaban una reactivación en la llegada de visitantes, especialmente familias con niños que tradicionalmente eligen el departamento por su oferta termal y de esparcimiento. Sin embargo, varios hoteles consultados por La Prensa manifestaron una situación que dista del optimismo, la mayoría no tiene reservas confirmadas o cuenta con una ocupación mínima.

“Nos llaman, hacen consultas por precios, pero no reservan. Es como si todos estuvieran esperando hasta el último momento”, afirmó la recepcionista de un hotel ubicado en el centro salteño. Esta falta de previsibilidad genera incertidumbre entre los operadores, quienes deben mantener todo operativo sin tener certeza de si realmente recibirán huéspedes.

Clientes habituales, pero no turísticos

Algunos hoteles mantienen cierto movimiento, pero vinculado más a viajes laborales que al turismo de temporada. “Tenemos algunas habitaciones ocupadas, pero son personas que vienen por trabajo, no familias de vacaciones”, comentaron. Este tipo de huéspedes representa una fuente de ingresos constante durante todo el año, pero no reemplaza el volumen de visitantes que normalmente puede generar el receso invernal. Para los empresarios del rubro, esta diferencia es clave. Las familias en vacaciones suelen consumir más servicios, como comidas, excursiones y entradas a parques, lo que dinamiza no solo al sector hotelero, sino también a la gastronomía y el comercio local.

Dependencia del turismo termal

Uno de los factores determinantes en la actividad turística de Salto es la ocupación en los centros termales. Algunos hoteleros señalaron que muchos visitantes optan primero por alojarse dentro de los complejos termales como Daymán o Arapey, y solo recurren a la ciudad cuando estos se encuentran sin disponibilidad. “Cuando en las termas no hay lugar, recién ahí nos buscan a nosotros. Por ahora, eso no ha ocurrido”, comentó el recepcionista de un hotel. Esta dependencia genera una especie de “efecto rebote” que, si no se activa, deja al sector hotelero urbano sin la afluencia de turistas esperada.

El clima y los problemas respiratorios, otros factores claves

A la incertidumbre habitual del turismo invernal se suma ahora otro elemento importante, el pronóstico del tiempo. Según anuncian los servicios meteorológicos, una ola de frío polar afectará gran parte del país durante los próximos días, con temperaturas mínimas que pueden descender por debajo de los cero grados. Este panorama no solo desmotiva a muchas familias a viajar, especialmente con niños, sino que también tiene un impacto directo en la salud. En los últimos días se ha registrado un aumento significativo de cuadros respiratorios, tanto en niños como en adultos, algunos de los cuales han requerido internación. Esta situación sanitaria también podría estar incidiendo en la baja reserva hotelera, ya que muchas familias optan por quedarse en casa y evitar riesgos. “Hay muchos chicos enfermos, adultos también, con gripes fuertes, bronquitis, cuadros que se han complicado. Todo eso influye en la decisión de salir o no salir de viaje”, comentó una empresaria del sector.

La esperanza está en la próxima semana

A pesar del panorama actual, la mayoría de los entrevistados coincidió en que todavía queda margen para revertir la situación. “Estamos preparados y con esperanza. A veces la gente decide a último momento, según cómo se dé el clima o si encuentran promociones”. Efectivamente, las nuevas dinámicas del turismo más espontáneas y digitales hacen que muchos viajeros no reserven con antelación, sino que improvisen sus vacaciones sobre la marcha. Por eso, en Salto aún confían en un repunte en los próximos días, especialmente hacia el segundo fin de semana del receso.

Un contexto económico desafiante

Varios actores del sector reconocen que el actual contexto económico también puede estar afectando la decisión de vacacionar. El aumento del costo de vida, la competencia con otros destinos del país e incluso el auge de propuestas de turismo rural o alternativas más económicas como la ida hacia destinos clásicos como Bariloche, o a ciudades de Brasil.