Ancap confirmó que reparó la fuga que afectaba a la boya petrolera de José Ignacio y que había obligado a suspender la descarga de crudo hacia la refinería de La Teja. El desperfecto estaba pendiente desde el 3 de agosto, cuando en medio de una maniobra de descarga se constató la filtración de petróleo.La fisura se localizó en la conexión submarina situada a unos 20 metros de profundidad, que conecta la boya con el oleoducto que va hacia La Teja. 

El desperfecto obligó a importar combustibles procesados durante semanas. Desde ANCAP, se informó que los costos generados por la situación, no se trasladarán al precio de los combustibles, gracias a un “colchoncito” financiero que absorbe el gasto. Se reconoció que la reparación es provisoria y que la solución definitiva llevará al menos un año. Se necesita una pieza nueva, que solo fabrican unas pocas empresas en el mundo. Mientras tanto, ANCAP seguirá realizando testeos preventivos y monitoreos adicionales para garantizar la seguridad de la operativa, hasta poder realizar el señalado recambio.