
Desde la oposición cuestionan las pautas salariales /
Pablo Mieres sostuvo que pueden repercutir negativamente en el empleo
El exministro de Trabajo, Pablo Mieres, manifestó sus discrepancias con las pautas salariales que el Gobierno presentó el jueves, y que tienen como novedad aumentos y correctivos por inflación diferenciados por franja. Para Mieres, el Gobierno cumple de esta forma con aumentar los salarios más sumergidos, que afectarían a unos 220.000 trabajadores, pero dijo que “no está tan claro en el resto. La segunda franja va a depender mucho del desarrollo de la inflación y está en el límite”. Además, Mieres señaló que el Frente Amplio no cumple con lo prometido durante la campaña electoral, cuando “habló de un aumento de todos los salarios”. En otro orden, se mostró “preocupado” por el impacto que estas pautas puedan tener en el empleo. “Si uno mira a los trabajadores del nivel más bajo, una buena parte de ellos está vinculada a sectores de actividad que están sufriendo un impacto, como el comercio, con el efecto Temu”, dijo, y apuntó que, si “la pauta opta por el salario, puede determinar una caída del empleo”.
Por su parte, el ex director nacional de Trabajo Federico Daverede explicó que el ajuste del primer año por inflación subyacente –para los niveles 1 y 2– “no va a reflejar” el IPC , por lo que no se va a dar “certeza” de que su salario se corrija si la inflación se dispara. A su vez, si “la inflación se comporta” dentro de lo previsto, ese ajuste no se va a aplicar porque los ajustes nominales están “por encima de lo que marca la inflación proyectada” (4,5%). Ese ajuste por encima de la inflación proyectada, según Daverede, podría generar un “gran problema de empleo” dado que “los salarios más bajos” –los del nivel 1– “son los que corren más riesgos en un ajuste empresarial”. Según dijo, dado el escenario de competitividad y el rango de salarios, esta dificultad podría tener mayor profundidad en la frontera con Brasil.
“Ajustar el 94% de los salarios por encima de la inflación es un riesgo muy grande de que se empuje la inflación”, remarcó Daverede. “Con esto estamos en el camino contrario a desindexar salarios, va a haber un manejo de la inflación que se va a dar, por otro lado, y seguramente se dé también por el control del dólar, y ahí hay otros sectores que son los que se van a ver perjudicados”, analizó. Finalizó, sosteniendo que “Indudablemente, el Ministerio de Trabajo le ganó una pulseada al Ministerio de Economía, por lo menos en estas primeras pautas”, agregó en referencia a la postura que había mostrado Oddone.
Oddone destacó la “priorización de los salarios bajos”
Por su parte, el ministro de Economía, Gabriel Oddone, tras el anunció de las pautas, destacó la “priorización de los salarios bajos”, al “abordar la discusión salarial” por “franjas salariales”. Sobre la posibilidad de que estos movimientos puedan afectar las fuentes laborales, el jerarca reconoció que son “problemas que se pueden dar” y, por tanto, son temas que se deberán “gestionar con mucho cuidado”.
“Es un tipo de equilibrio que siempre tiene que tener lugar y que el equipo económico, junto con el Ministerio de Trabajo, va a estar vigilando”, aseguró Oddone. Recordó, además, que el esquema de negociación colectiva tiene previstos descuelgues que comprenden “empresas o sectores que atraviesan circunstancias específicas” vinculadas a dificultades de “rentabilidad”. “Son las cosas que el gobierno, a través del Ministerio de Trabajo, en el marco de la negociación colectiva, puede atacar, y es donde vamos a trabajar”, aseguró el ministro. El jerarca reconoció que está “conforme” con lo presentado, aunque subrayó que “hubiera deseado avanzar más” hacia la desindexación salarial (es decir, dejar de ajustar los salarios nominales según la inflación, algo que solo sucede en el tercer nivel). Sobre esto último, Oddone reconoció que no se pudo profundizar porque se trata de algo que en el actual gobierno está “insuficientemente discutido”, y, por lo tanto, no ha “logrado convencer a todos los agentes” involucrados. Oddone remarcó que entiende como algo “lógico” las visiones contrarias en “una economía de larga tradición inflacionaria”, pero recordó que ahora el país se “aproxima a niveles mucho más normales a nivel global” y además está “apuntando fuertemente” con el nuevo gobierno a una inflación en torno al 4,5%.
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