Anotaciones Callejeras
Hacia donde sea que uno mire, ve gente buscando sombra. Claro, como nos decía ayer una señora: “¡Hay que aguantar el sol de Salto…No es para cualquiera!”. Es cierto, en las paradas de ómnibus las personas se amontonan para aprovechar la sombra que haya; lo mismo los motonetistas cuando los detiene un semáforo: esperan en una sombrita, aunque sea a varios metros de la esquina y aunque sea por pocos segundos.
Ahora bien, de esto se oye hablar en cada verano desde siempre, y lo que describíamos en el párrafo anterior, son postales de cada verano, infaltablemente. Entonces, ¿por qué preocuparnos y quejarnos cuando llega esta época y no ocuparnos del tema en otros momentos del año? ¿Tan difícil resulta plantar algún arbolito de vez en cuando? Por supuesto que no se trata de salir a plantar cualquier árbol y en cualquier lugar, pero todo se puede planificar, se puede consultar, buscar asesoramiento, pedir los permisos correspondientes…Días pasados vimos que algunos salteños hacían un planteo como este a través de las redes sociales. Invitaban a que cada uno se comprometiera con la plantación de un árbol aunque más no fuese.¿Le parece que nos sumemos? Desde este espacio también hacemos la invitación.
Ya que estamos con el sol y el calor, es importante recordar que está anunciada una nueva ola de calor a partir de mañana domingo. Así que no está de más insistir en aquello que quizás todo sabemos pero a veces no cumplimos: beber al menos tres litros de agua por día, consumir muchas frutas y verduras, evitar el consumo de alcohol y la exposición al sol… Cuidado con los adultos mayores: explicaba recientemente un médico que muchas veces estas personas se deshidratan “porque llega una edad en la que muchas veces no se siente sed, lo que no quiere decir que el cuerpo no necesite agua”.
Y sin apartarnos del tema, agregamos una anécdota a modo de curiosidad. Se están poniendo de moda unos elementos para colocar en los parabrisas de los autos o sobre el asiento de las motos, y así evitar el calentamiento. Pero resulta que hay unos -desconocemos con qué material están hechos- que se derriten. Sí, leyó bien: más de una persona ha vivido la experiencia de ir a buscar su moto después de varias horas al sol, y encontrarse con este elemento derretido sobre el asiento. Para colmo, “derretido es impresionante como se pega y lo que cuesta despegarlo”, nos decían. Debemos pensar que están fabricados con un material que no es adecuado, ¿verdad? ¿O será que el sol de Salto es tan poderoso?
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