Anotaciones Callejeras
Si miramos con atención la Avenida Apolón de Mirbeck, allá arriba, en la parte donde toca con la ex ruta tres que conduce a Salto Grande, ahora llamada Avenida Luis Batlle Berres, hay un deterioro mayor pero también se puede decir que hay una lógica detrás.
Porque Salto se "ha mudado" para el norte, hay complejos, casas particulares, instituciones educativas, empresas, todos se van yendo para la zona lo que aumenta el tránsito, ni hablar de camiones de obras lo que llevó a que la pobre Apolón quedara hecha percha, sobre todo de Ferreira Artigas a Rodó.
Para atemperar esto se buscó un trabajo de impacto por parte de gente y maquinaria de la Dirección General de Obras de la Intendencia de Salto, incluso se está dejando maquinaria en predios y chacras de la zona para evitar la pérdida de tiempo del ida y vuelta del Gramon por ejemplo, lo que ayuda y mucho.
Eso sí, hay lugares de Apolón que habrá que hacer de nuevo y de buena calidad pues la zona creció como dijimos y también es usada por ejemplo para llegar a la ruta tres y a toda la zona de los barrios Andresito (I y II) como así también al futuro parque agroalimentario. Todo el día se trajina por esa avenida que recuerda al primer médico de Salto.
Pero siguiendo con la zona cuando se arregle esto que las máquinas se queden quietitas por allí ya que si se da la vuelta y se toma la Avenida Rodó rumbo al sur se podrá ver que tiene un nivel muy deteriorado de su capa bituminosa lo que también va a ameritar un tratamiento a fondo.
Como es doble vía Rodó hay que estudiar bien la temática pues hay partes que están muy deterioradas y si se salta el cantero central se verá que del otro lado está bastante bien por lo que los arreglos, cuando se realicen, deberán respetar esta situación para aprovechar mejor la inversión.
Seguramente pasa en muchos hogares, o en casi todos, cuando miramos la heladera y vemos la cantidad enorme de comida que preparamos para la fiesta de la Navidad, la que trajeron los invitados y la que no terminamos de preparar, por suerte, pero que pensamos para que no faltara nada.
Sobre esas bases se construye una fiesta que en sus comienzos era espiritual pero que hoy vamos llevando a un acopio de alimentos y bebidas que realmente llama la atención y que mucho tiene que ver con la mayoría que somos hijos de inmigrantes europeos que tenían sus tradiciones y también sus temores a que faltara algo. Y la verdad que muchas sociedades contemporáneas se admirarían de nuestro consumismo.
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