En la edición de ayer, en esta misma columna, estuvo presente el recuerdo para el Bocha Errea. Falleció hace unos días. Pero el recuerdo apuntaba también a rememorar lo que eran los salones de venta y canje de libros y revistas. Recordemos que Errea tenía La Pirámide, en calle 18 de Julio a pocos metros del Hospital Regional Salto. Ese tipo de emprendimientos, como se decía ayer con otras palabras, son verdaderas especies en extinción. La última vez que hablamos con el Bocha, él mismo nos decía, con cierto pesar: "la gente lee tan poco, me parece que cada vez lee menos...".