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Que paradoja inoportuna, impertinente, que se haya concretado el llamado a sala del Intendente de Salto para dar explicaciones sobre el informe de la JUTEP sobre corrupción y nepotismo en la Intendencia de Salto. Concurrieron en representación del jefe comunal los doctores Ferreira y Rodriguez, además de la Esc. Mirna Haller. Unos minutos antes pero en otra sesión extraordinaria la Corporación aceptó la renuncia del edil Álvaro Godoy del Frente Amplio, del sector de la 70 liderado por Mario Furtado, segundo edil titular electo, nada menos por estar condenado y preso por asociación para delinquir e intento de hurto, además de presumiblemente de asesinato.

En efecto, más que seguir en el circo político promovido por el Frente Amplio y llevado adelante por el Coordinador de Bancada Mario Furtado para hablar de la resolución de la JUTEP, un evidente mandado político para embarrar la cancha de intendente Albisu en el marco de la movilización en contra del cese de 291 designaciones en la Intendencia, los ediles deberían haber hablado de la corrupción vinculada en este caso puntual al Partido Frente Amplio. Un edil preso y condenado a prisión, un intento de robo y asesinato, un relación de larga data con el poder y la política, sospechoso crónico de un turbio tráfico de influencias, del abuso de radios comunitarias, de comodatos precarios de bienes municipales, de relaciones extrañas con un CAIF del extremo Este, perteneciente al sector del ex intendente Andrés Lima, beneficiado del poder de entonces, puntero político de confianza que terminó en la lista 70 con notorio éxito, un malandra a todas luces cobijado y promovido por los dirigentes limistas. Un horror que terminó finalmente en la cárcel y la condena de todo un grupo de maleantes.

Justo ahora con la memoria fresca de tanta corrupción y crimen, a los ediles del Frente Amplio se les ocurre hablar de nepotismo y corrupción en la intendencia. Mal momento, pésima oportunidad, no tienen la mínima vergüenza.

Digamos de entrada que el show político buscado se frustró porque Albisu no concurrió a la Junta y envió a sus representantes, así no es lo mismo la cosa, es como jugar en segunda división donde hay menos público y las entradas son más baratas. Luego, en realidad la Junta ya se reunió recientemente y se había expedidoó sobre el tema, votó un informe de la Asesora Jurídica Dra. Cecilia Eguiluz que establecía sin lugar a dudas los procedimientos inadecuados, la falta de conocimiento y la improvisación llevada adelante por la JUTEP. No hubo corrupción y mucho menos nepotismo de ninguna forma. De manera que por segunda vez en pocas semanas la bancada oficialista de la Coalición Republicana expuso sus razones, repitió argumentos, fustigó a la JUTEP y respaldo al intendente de Salto Carlos Albisu. Es decir, que a quien no le gusta la sopa, entonces dos platos…

Que todo se trata de una operación política orquestada deliberadamente para perjudicar al intendente no hay dudas. Un denunciante anónimo, un pasquín montevideano que publica un panfleto inexacto y tendencioso y la Jutep que actúa de oficio tomado como fuente al semanario teñido de rojo de una manera expresa, con procedimientos además incorrectos, con profundo desconocimiento de la ley, de todo punto de vista es un “trabajo a medida” que terminó de mala manera.

A los efectos de la opinión pública, del ciudadano común que mira y escucha el cruce de acusaciones y denuncias, debe quedarle bien claro que no hay nepotismo alguno por parte del Intendente de Salto al nombrar al Ing. Texeira Nuñez, que no solo no es su hijo sino un excelente profesional y el más capacitado para ocupar el cargo de Director de Obras de la Intendencia de Salto, toda una biblioteca jurídica lo respalda. Punto y aparte, asunto terminado.

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