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¿Cuál es el legado de Andrés Lima de laa década pasada en la Intendencia de Salto? Seguramente sea el peor intendente de la historia, el más frustrante y malogrado de los que pasaron por la casa de gobierno departamental. Utilizó la estructura de la intendencia solo para hacer política partidaria electoral, desarrolló al máximo los mecanismos de tráfico de influencias y prebendas, sumó a cientos de sus votantes como funcionarios municipales, de una y otra forma, pagó con cargos políticos, designaciones directas y confianza directa a todo su plantel de dirigentes a lo largo de los dos períodos al frente de la intendencia, los sueldos y lealtades de la política, los recursos y beneficios del poder municipal, la danza de beneficios repartidos entre acólitos y aduladores del oficialismo limista. Su reelección marco en forma notoria una inmensa maquinaria electoral bancada desde la intendencia al servicio de Lima.

Tremendo ejército de soldados punteros, oficiales dirigentes territoriales y sectoriales, generales de división en las direcciones de la intendencia, con la anuencia y la firma del Director del Tesoro, luego devenido en Secretario General, Gustavo Chiriff, cómplice de toda la barbarie a lo largo de la década infame. Y también de la influencia, el respaldo operativo y gerencial del presidente del sindicato ADEOMS, Juan Carlos “Cholin” Gómez, comunista y debatiente ejemplar.

Todo esto costó mucha plata y despilfarro, dinero puesto escandalosa y excesivamente en el pago de salarios, dividendos y viáticos para bancar a los batallones armados y disciplinados de Lima.

Por lo tanto, nada de obras, apenas algunas y en general mal hechas. Nada de un plan vial de la ciudad y la caminería rural consistente, efectivo y ejecutado de calidad. Nada de aportar a la estética de la infraestructura y equipamiento de Salto, en el mejoramiento de sus avenidas y avance en los accesos a la planta urbana. Nada de cultura, ni museos, ni fiestas, eventos, congresos y Bienales de Arte. Apenas un paquete de medidas coyunturales, aisladas, caras y fuera de tiempo, compra de maquinaria eventual, un ómnibus eléctrico por cuatro unidades estándar, camionetas de la flota municipal, cambio de luminaria pública Led bastante mediocre y precaria. Placitas por doquier con juegos para niños, puentes de madera y limpieza eventual de arroyos y cursos de agua. Muy poco y berreta para una década de gestión.

El martes de la proclamación estaban todas las autoridades electas en el Teatro Larrañaga. Fueron todos los ediles, concejales y alcaldes y por supuesto la formula a la intendencia encabezada por Albisu. Cada uno subía al escenario para recibir su acta oficial de proclamación, saludaba y se retiraba. El intendente electo Carlos Albisu fue el único que se dirigió al público con breves palabras. Agradeció a todo el mundo por el trabajo en las instancias de votación por una democracia y sistema electoral que es ejemplar en el mundo y que en épocas de conflictos y guerras, como el actual, es importante reconocer y valorar. Dijo que la bandera departamental nos unia como salteños para salir adelante y hacer un Salto distinto y mejor del que tenemos. Ja ja ja, a pocos metros del escenario, en el palco oficial, junto a la intendenta en funciones hasta el 11 de julio Ingrid Urroz, estaba sentado muy olímpico el ex intendente Andrés Lima como si nada hubiera pasado. El culpable de tanto desastre y desolación presente en la fiesta, no lo aprecie en el momento pero Albisu debió a mirar a Lima y viceversa ante tan lacónico final de su discurso.

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