Por buen camino
- Por Correo de los Viernes
La reciente consolidación de instancias de coordinación política entre los partidos de la Coalición Republicana muestra un avance deliberado hacia una articulación estratégica que, aunque aún inicial, puede sentar las bases de una oposición cohesionada y de una alternativa de gobierno viable.
La Coalición Republicana —espacio que agrupa al Partido Nacional, al Partido Colorado y al Partido Independiente— ha dado pasos significativos en los últimos días para reorganizar y fortalecer su coordinación política de cara a los desafíos que afronta la oposición y al proceso político que se avecina. Este movimiento, que incluye la instalación de una mesa de coordinación y una mesa política ampliada, da cuenta de una intención explícita de consolidarse como alternativa política al Frente Amplio y al actual gobierno, más allá de la simple cooperación parlamentaria.
La mesa de coordinación, que por primera vez reúne a tres representantes de cada fuerza integrante del espacio —PN, PC y PI— como impulso inicial de una estructura más estable y permanente, fue planteada por el Partido Independiente como un salto cualitativo respecto de la coordinación estrictamente parlamentaria que hasta ahora funcionaba. Esta instancia se concibe con una “mirada más política y estratégica de cara a las instancias futuras del país”, según palabras de su líder, Pablo Mieres.
En paralelo, una mesa política ampliada se reunirá para analizar los grandes temas que hoy preocupan al electorado uruguayo y empezar a articular posiciones compartidas entre la oposición. Esta instancia se planteó no solo como un foro de crítica a la gestión de gobierno, sino como un ámbito donde exponer una visión alternativa coherente y programática, haciendo hincapié en la vigencia de un programa suscrito colectivamente en noviembre de 2024 como guía para el trabajo conjunto.
Un tema destacado en estas instancias es la relación con Cabildo Abierto, que no ha participado activamente de este diálogo interno, aunque desde los partidos principales se sostiene que sus puertas están abiertas para quien quiera sumarse. La situación supone un desafío adicional para la consolidación de un Frente Amplio de oposición que englobe a todos quienes aspiran a disputar la conducción del país con una visión alternativa al Frente Amplio.
Estos avances se inscriben en un proceso más amplio que ya venía desarrollándose en el seno de la coalición desde antes de las elecciones de 2024, con intentos de formalizar ámbitos de coordinación parlamentaria y política.
La creación y sistematización de estos ámbitos de coordinación no solo responde a la necesidad de ordenar posiciones en cuanto a la crítica al gobierno actual, sino que también se plantea como ejercicio de articulación política para construir confianza mutua, intercambiar visiones sobre política pública y ofrecer a la ciudadanía una alternativa integral. Este avance es percibido como un paso necesario para enfrentar no solo las coyunturas inmediatas, sino también los desafíos electorales de mediano plazo, incluida la eventual competencia de la coalición como bloque en futuras elecciones nacionales, más allá de formatos electorales concretos.
Si bien persisten diferencias tácticas entre los socios —desde subgrupos que cuestionan posturas de otros, hasta la deliberación sobre la participación de terceros partidos—, la activación de esta coordinación política y la reiteración de encuentros sistemáticos sugiere que la oposición uruguaya articula una respuesta más cohesionada y estratégica que en períodos previos. En ese sentido, la Coalición Republicana se mueve, con cautela pero con determinación, por buen camino para consolidar una alternativa clara y estructurada a la agenda política vigente en Uruguay.
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