Fin de Año y Fiestas Tradicionales es tiempo de balances y nuevas perspectivas para el año próximo que se avecina. Hay cuestiones ambivalentes respecto al año de gobierno del Frente Amplio, el Movimiento de Participación Popular-Movimiento de Liberación Nacional/Tupamaros, Plenario Intersindical de Trabajadores y Central Nacional de Trabajadores (Pit-Cnt). Si, todos ellos juntos son el gobierno de turno y operan en la realidad cotidiana nacional. En mayor o menor medida, cada uno en su rol autoapropiado, incluso el presidente Yamandú Orsi. Hay muchos Rasputines en la vuelta que le hablan al oído al presidente y declaran por su cuenta cuestiones de gobierno y la columna vertebral de las políticas de Estado.

Hay que destacar las figuras casi maquiavélicas del Secretario de la Presidencia Alejandro Pacha Sánchez e incluso las del superpoderoso e influyente ex fiscal demonizado de la Nación, Jorge Diaz ahora como sub secretario de Presidencia. Todos dicen cosas parecidas, algunas increíblemente diferentes, muchas veces se desdicen, dicen primero una cosa luego muy rápidamente lo contrario. A Jorge Díaz no le molesta para nada estar en desacuerdo con Orsi respecto a los Juicios Abreviados consagrados en la LUC. La denuncia del contrato con Cardama de las lanchas oceánicas ha tenido idas y vueltas, la recisión era un hecho primero para dar marcha atrás posteriormente, un lío monumental en la que todos participaron sin tener un rumbo claro e unificado, todo improvisado y por impulsos ideológicos.

La terminación del contrato para la construcción de Araziti en el marco del Proyecto Neptuno es una vergüenza nacional que traerá graves problemas en el futuro. En primer lugar la marcha atrás del contrato ya firmado con la contraparte, la tirada a la basura de toda la investigación científica y de impacto ambiental, las autorizaciones y la financiación correspondiente, que aseguraban el comienzo de las obras en breve y la culminación de las mismas en un tiempo prudencial y tangible, a descubierto de cualquier otra crisis hídrica como la sucedida. Pues no, por capricho y venganza partidaria, se tiró abajo el proyecto ya concluso de Lacalle por las fantasías inconclusas de Orsi. Ahora está en camino una represa como la de Casupa, inconveniente, insuficiente y anti ecológica, además contraria a la voluntad de cientos de productores y pobladores de la zona afectada. Además se insiste con obras en la cuenca del Río Santa Lucía, la que prácticamente se secó en la época de la tan mentada sequía. En realidad por el momento nos quedamos sin las lanchas para la seguridad marítima y también sin el agua para la seguridad hídrica.

La acción y la presencia del Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo, ex secretario general del Partido Comunista del Uruguay y la del Presidente del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, también integrante del Comité Central de los comunistas, son dos constantes preocupantes del acontecer nacional. El aumento de la presión impositiva, medidas laborales abusivas en contra de los empresarios y la propiedad privada, la política internacional que defiende a Maduro y Díaz Canel, presidentes de Venezuela y Cuba, arrastran al Uruguay posicionándolo en lugares equivocados e inconvenientes del escenario internacional.

En fin, demasiados nenes para un mismo trompo, todos intentan jugar, se molestan unos y otros, unos ganan otros pierden. El único que parece tener el rumbo claro y las intenciones intactas es el Ministro de Economía, Ec. Gabriel Oddone, que no es santo de mi devoción, pero al final de cuentas es el que no quiere más impuestos, se muestra firme con la estabilidad fiscal y tiene una visión abierta y expansiva de la economía nacional hacia el mundo. Es muy preocupante, asimismo que militantes tradicionales de la izquierda, que miran con la ñata contra el vidrio y haciendo pucheros, que observan impotentes la tragedia que la ministra Azucena Arbeleche del gobierno de Lacalle que fue mejor ministra que el actual de la izquierda en el poder Gabriel Oddone. ¿No es sublime?