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La preocupación vuelve a instalarse entre los vecinos de la zona del Hipódromo y en organización ambientalista local tras un nuevo incendio registrado en el vertedero municipal. El episodio, que ocurrió al comienzo de la presente semana, reavivó las alarmas sobre la situación del basural a cielo abierto donde, según estimaciones, se depositan diariamente unas 120 toneladas de residuos sin un tratamiento adecuado.

Las imágenes del humo elevándose sobre el predio y avanzando hacia áreas habitadas reavivaron inquietudes. Los vecinos aseguran que los episodios de fuego no son aislados, sino que se repiten con frecuencia, profundizando un problema ambiental que se arrastra desde hace años. A ello se suma una advertencia estacional: el pronóstico de temperaturas elevadas para los próximos días hace temer que el verano que comienza termine agravando el riesgo de combustiones  espontáneas, con la consiguiente afectación de la calidad del aire para quienes viven en las cercanías.

Basurales a cielo abierto

Se entiende que la situación del vertedero municipal,  vulnera normativas nacionales que prohíben los basurales a cielo abierto, sino que también representa un riesgo sanitario latente. El humo generado por la quema de basura contiene partículas y sustancias tóxicas que, dependiendo de la dirección del viento, pueden alcanzar zonas pobladas y afectar a niños, adultos mayores y personas con patologías respiratorias.

Rellenos sanitarios y clasificación

Se entiende que lo ideal, es lo que aconseja el Ministerio de Ambiente, que apunta a rellenos sanitarios, tras clasificación de la basura, para potenciar la reutilización de materiales que pueden notoriamente ser reciclados.

Según los testimonios recogidos, los incendios en el vertedero pueden originarse por combustión espontánea —común en acumulaciones masivas de residuos orgánicos— y también por quemas intencionales realizadas por hurgadores que ingresan al predio sin control. Esta combinación de factores convierte al basural en una fuente permanente de riesgo, tanto ambiental como social.

Mayor presencia y control

Los vecinos reclaman mayor presencia y control por parte de la Intendencia, así como avances concretos en la transformación del vertedero en un sistema de gestión de residuos que cumpla con los estándares ambientales vigentes. “No se puede seguir conviviendo con el humo, el olor y la incertidumbre”, señalan algunos residentes, quienes admiten que cada nueva columna de humo genera temor y sensación de desprotección.

Tecnología y hurgadores...

Por su parte, actores ambientalistas del medio, insisten en que la solución no puede limitarse al combate de incendios puntuales, sino que debe enmarcarse en una política departamental sostenida, que incluya clasificación en origen, reducción de residuos, incorporación de tecnologías adecuadas y un plan social para los hurgadores que dependen del lugar para subsistir.

Problema complejo y costoso

Si bien desde distintos ámbitos existe conciencia de que el problema es complejo, muy costoso y  que no se logrará resolverlo de un día para otro, los recientes incendios volvieron a dejar en evidencia la urgencia de actuar. Máxime, cuando todo indica que tendremos un verano que promete ser especialmente caluroso y seco, por lo que la demanda de los vecinos y de las organizaciones ambientales, además de oportuna,  parece más clara que nunca: evitar que el vertedero siga siendo una amenaza y avanzar hacia una gestión de residuos moderna, segura y sostenible para Salto.

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