El Ciudadano /
Carta abierta al Ministro Alfredo Fratti
- Por Roberto Alfonso Azcona, El Ciudadano

Señor Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca: Desde una visión profundamente liberal y ciudadana, le escribo con respeto, pero también con firmeza, para expresarle lo que muchos productores rurales sienten y no pueden decir, porque están ocupados haciendo lo que mejor saben hacer: trabajar. Hoy, el campo uruguayo, ese que produce, exporta, genera riqueza y sostiene gran parte del PBI nacional, se encuentra asfixiado por decisiones políticas que responden más a una lógica estatista y recaudadora que al impulso de la libertad, la producción y la prosperidad.
El atraso cambiario está empujando al productor hacia el abismo. Exportar en estas condiciones es competir en desventaja en un mundo dinámico y exigente. Y lo más grave es que el Estado, en lugar de corregir, permanece impasible, cuidando sus números fiscales a costa del sacrificio del sector más eficiente de nuestra economía.
Ministro, el campo no necesita asistencialismo, necesita libertad. Libertad para comerciar, para invertir, para producir sin ser estrangulado por impuestos, regulaciones absurdas y una burocracia insaciable.
La presión fiscal que recae sobre el agro es desmedida, inmoral y contraproducente. Se castiga al que invierte y arriesga, al que madruga y apuesta por su tierra, mientras se premia al clientelismo improductivo. Un sistema así no es sostenible. No es justo. No es libre.
Además, el Estado se ha retirado del interior profundo. No hay caminos, no hay servicios, no hay educación digna. Y cuando el Estado no cumple con sus funciones básicas, el ciudadano se va. El campo se vacía. El país se empobrece.
Desde una mirada liberal, creemos que la función del Estado debe ser limitada, pero eficiente. Que debe garantizar derechos, no administrar vidas. Que debe abrir mercados, no cerrarlos. Que debe acompañar al que produce, no frenarlo con trabas.
Ministro, no hay desarrollo sin libertad. Y no hay libertad cuando el productor vive con miedo a fundirse, no por el clima o el mercado, sino por su propio gobierno.
Lo invito a que escuche al campo sin intermediarios políticos. A que abra las puertas a reformas estructurales que reduzcan el peso del Estado sobre quienes empujan el país hacia adelante. Y, sobre todo, a que deje de ver al productor como un cajero automático al que se le puede sacar cada vez más, sino como lo que realmente es: el verdadero motor del Uruguay.
Con convicción, respeto y el compromiso de siempre con la libertad y la producción, quedo a disposición para el diálogo y la acción concreta.
Comentarios potenciados por CComment