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Cuando el Ministerio de Vivienda propone casas de barro y cree que la única solución es gastar dinero público, es momento de recordar a Alberto Gallinal Heber y su mayor creación: el Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (MEVIR). Antes de 1967, la precariedad rural era grave. Desde el alambrado de los campos en 1877, miles de trabajadores fueron expulsados a pequeños poblados, donde construyeron rancheríos de barro y paja. En 1877 se registraban más de 27.500, focos de pobreza y enfermedades como el mal de Chagas.

Estudios de Zum Felde (1931) y Miguel Soler (1941) describieron la degradación social en estos asentamientos. Aunque la Ley N.º 10.809 de 1946 promovió condiciones dignas, el problema persistía. En 1964, Gallinal exclamó: "Esto no puede seguir así. Si queremos un país mejor, debemos darle a nuestra gente un techo digno". En 1966, fue candidato a la presidencia por el Partido Nacional. Aunque ganó Óscar Gestido, logró incluir en el presupuesto la creación de MEVIR.

No solo viviendas

MEVIR no solo construía viviendas dignas, sino que involucraba a los beneficiarios, exigiendo horas de trabajo a cambio de apoyo en arquitectura, materiales y terrenos. Con un enfoque austero y eficiente, redujo costos administrativos para maximizar la construcción. Cuando le pidieron viáticos, respondió: "No están pidiendo dinero, están sacando ladrillos a una casa".

Niños descalzos...

Gallinal se preocupaba por las familias. En una obra de MEVIR, vio a un niño descalzo y, al saber que no tenía zapatos, se los entregó: "Un país no avanza si sus niños caminan descalzos".

Ensuciarnos las manos

Cuando los trabajadores de MEVIR se quejaron por las largas jornadas, tomó una pala y comenzó a trabajar con ellos. "Si queremos cambiar la realidad, debemos ensuciarnos las manos", afirmó.

Liderazgo claro

Su liderazgo era claro: "No basta con tener ideas, hay que llevarlas a la acción". También insistía en la responsabilidad de quienes tienen más recursos: "La riqueza no es un privilegio, es una obligación de servicio".

Agro y mejora social

Gallinal pudo haber sido artista, abogado o político, pero eligió el agro y la mejora social. Promovió la genética ganadera, defendió la conservación del suelo y luchó contra la miseria rural. Su padre le enseñó que "la tierra no se hereda, se cuida para las generaciones futuras". Su madre le inculcó humildad: cuando ganó un premio académico, ella le dijo: "El verdadero mérito no está en los premios, sino en lo que haces por los demás".

Esposo y padre

En su hogar, era un esposo y padre amoroso. Tras largos días en MEVIR, siempre encontraba tiempo para sus hijos. Una vez, después de un arduo día de trabajo, llegó a casa y participó en un teatro de marionetas que habían preparado. "Nada en el mundo es más importante que estos momentos con ustedes", dijo.

Legado

Cada mañana, antes de salir al campo, dejaba una nota a su esposa con palabras de cariño. Incluso en los días más difíciles, recordaba cuánto la amaba y valoraba su apoyo. Su legado en MEVIR sigue vigente, demostrando que es posible cambiar la realidad con esfuerzo y compromiso. Como él decía: "Aún nos queda mucho por hacer".

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