La Junta Departamental de Salto no solo es un lugar de trabajo para sus funcionarios y ediles, sino también un espacio lleno de historias que causan asombro y hasta un poco de miedo. La antigua casa donde funciona el Legislativo está rodeada de relatos que se han transmitido de generación en generación.

Uno de los misterios más comentados es el famoso aljibe. Este lugar, que forma parte de la construcción original, nunca ha sido abierto por nadie. Los funcionarios cuentan que hay muchas historias extrañas sobre lo que podría haber dentro, y por eso nadie se atreve a abrirlo. ¿Será por miedo o respeto a lo desconocido?

Las taquigrafas también tienen sus propias anécdotas. En ocasiones de corte de luz durante las sesiones, terminaban su trabajo a la luz de las velas. Una vez, al dirigirse a guardar las actas, vieron a una mujer vestida de blanco a través de la enorme puerta de madera y vidrio. Algunos creen que fue solo un reflejo causado por la oscuridad y la luz de la vela, pero para ellas fue un momento realmente inquietante.

Donde algunos señores ediles suelen fumar, hay un jardín muy grande en la esquina de Misiones y calle Uruguay. En ese espacio con mucha vegetación, se cuenta que en el pasado siglo guardaron cuidadosamente, debajo de un árbol, una cajita pequeña. Dentro estaba doblado el punto exacto donde los primeros dueños dejaron un tesoro, que hasta hoy no ha sido encontrado. Esta historia, que nos contaron funcionarios, algunos ya no entre nosotros, sigue causando curiosidad entre los ediles y funcionarios actuales.

Otro detalle curioso es la mesa ovalada de la sala principal, donde se reúnen las comisiones. Está hecha de madera y cubierta por un vidrio grueso. Los funcionarios aseguran que es común ver cómo los vasos de agua se mueven solos sobre la mesa. Otros dicen que el ruido y la vibración de los ómnibus que pasan por la calle son los responsables. Sea cual sea la verdad, estas historias le dan un toque especial a la vida diaria en la Junta.

Como dice un funcionario: “Yo no creo mucho en estas cosas, pero que las hay, las hay.”