Los complejos termales de Guaviyú y Almirón, dos de los principales atractivos turísticos de Paysandú, atraviesan una situación financiera delicada. De acuerdo con información oficial proporcionada por la Intendencia departamental, ambas unidades registraron en 2023 un déficit conjunto cercano a los 800.000 dólares, una cifra que vuelve a poner en discusión el modelo de gestión y la sostenibilidad económica de estos emprendimientos públicos. Según los datos entregados mediante un pedido de acceso a la información pública, el resultado negativo del ejercicio fue de $33.127.586, equivalentes a unos 828.000 dólares al tipo de cambio de ese año. El desbalance surge de una diferencia marcada entre los costos operativos y los ingresos generados por ambos centros termales.

Gastos que duplican los ingresos

Durante 2023, los gastos de funcionamiento alcanzaron los $58.966.406 entre ambos complejos. De ese total, Guaviyú concentró la mayor parte, con erogaciones por $44.797.874, mientras que Almirón demandó $14.168.531. En contrapartida, los ingresos totales informados por la Intendencia sumaron apenas $25.838.820, cifra que no fue discriminada por centro termal, lo que impide conocer con precisión el desempeño individual de cada uno. La brecha entre lo gastado y lo recaudado explica el saldo deficitario que debió absorber el gobierno departamental.

El peso de los salarios en la estructura de costos

Uno de los aspectos más relevantes que surge del informe es la fuerte incidencia del gasto en personal. En el caso de Termas de Guaviyú, los salarios, beneficios y aportes patronales superaron el 80% del total de los costos operativos, consolidándose como el principal rubro de egresos.

A estos se suman otros gastos significativos, como el consumo de energía eléctrica y diversos servicios necesarios para el funcionamiento diario del complejo. En Almirón, además de las remuneraciones del personal, también tuvieron un peso importante la electricidad, el transporte y los insumos energéticos.

Información incompleta y limitaciones en los datos

La documentación entregada presenta algunas inconsistencias que dificultan un análisis más profundo. En particular, en el ejercicio correspondiente a 2024 para Termas de Almirón no se incluyeron las retribuciones ni los aportes patronales del personal, lo que distorsiona la comparación interanual.

Asimismo, los ingresos fueron informados de forma acumulada para ambos complejos, sin detallar cuánto aportó cada uno, y no se cuenta con información de años anteriores. Desde la Intendencia se explicó que la falta de registros históricos se debe al ataque informático que afectó al sistema de la comuna, lo que provocó la pérdida de parte de los datos contables.

Millonarias inversiones por fuera del déficit operativo

El déficit informado corresponde exclusivamente a gastos de funcionamiento y no contempla las inversiones realizadas. Entre 2023 y 2024, la Intendencia destinó $83.875.071 —más de 2 millones de dólares— a obras, mejoras e infraestructura en Guaviyú y Almirón. Estas inversiones incluyeron refacciones, mejoras en servicios y acondicionamiento general de las instalaciones, con el objetivo de mantener la competitividad turística de los centros termales. Sin embargo, el contraste entre el esfuerzo inversor y los resultados económicos vuelve a plantear interrogantes sobre la rentabilidad social y financiera del modelo.

Un tema que vuelve a la agenda pública

Las cifras conocidas reavivan el debate sobre el rol del Estado departamental en la gestión de servicios turísticos y sobre la necesidad de revisar estructuras de costos, estrategias comerciales y modalidades de administración. Mientras las termas continúan siendo un emblema del turismo regional, los números muestran que su funcionamiento implica un alto costo para las arcas públicas. En ese contexto, el desafío para las autoridades será encontrar un equilibrio entre el valor social y turístico de estos complejos y la necesidad de reducir un déficit que, año tras año, se vuelve más difícil de sostener.