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Mañana jueves 15, las puertas del restaurante del Club de Pesca se abren al aire libre y al colorido mundo de la jardinería, la artesanía y la convivencia social. Es el Plant Market, una tradicional actividad organizada por el Salto Garden Club, específicamente por su grupo Azares, encabezado por su presidenta María Gabriela Invernizzi. La cita, que cada año reúne a amantes de las plantas, los aromas y los sabores caseros, trasciende el simple intercambio de productos. Se trata de una celebración comunitaria que mezcla la estética natural, el esfuerzo colectivo y la calidez de una ciudad que valora sus tradiciones verdes. En esta edición, las entradas para el té de las cinco ya están agotadas, lo que demuestra una vez más el alto poder de convocatoria del club.

Un mercado con raíces profundas

La actividad, que comenzó como una feria sencilla de plantas y conservas hechas en casa, ha crecido con los años hasta convertirse en un evento esperado por la comunidad salteña. Este año, gracias a la invitación de Alicia Patela, quien dirige el restaurante anfitrión, el evento se traslada del habitual Mercado 18 a un entorno con vista al río Uruguay, que promete una jornada aún más encantadora.

“Vamos a tener un stand con plantas hechas por nosotras, vendidas a un costo bajo para fomentar el acceso a la jardinería. También participan viveros, artesanos y vendedores de macetas. Ya no hay entradas para el té de la tarde, pero la invitación para pasear y disfrutar está abierta a todos”, explicó Invernizzi.

A las 17:00 se sirve el tradicional té, en un formato íntimo que, si bien tiene cupos limitados, conserva el espíritu acogedor del club. La jornada, más allá del consumo, está pensada como un paseo, una pausa verde en la vida urbana, acompañada por la brisa del río y la compañía de la comunidad.

Una historia que florece desde hace medio siglo

Salto Garden Club no es una novedad para los salteños. Fundado hace casi 50 años, ha tenido un crecimiento sostenido, al punto que hoy está dividido en dos grupos: Azares, presidido por María Gabriela Invernizzi, y Mburucuyá, liderado por Alicia Ruiz.

“Al principio éramos un solo grupo, pero con el tiempo se sumaron muchas señoras y tuvimos que organizarnos en dos. Sin embargo, seguimos funcionando como una sola entidad. Es una cooperación total, con dos presidentas, pero con un único espíritu”, detalló.

Este enfoque colaborativo ha llamado la atención incluso de otros clubes del país, donde el modelo suele ser más segmentado. En Salto, el trabajo conjunto es una fortaleza: se comparten actividades, exposiciones y el compromiso de embellecer la ciudad desde el verde.

Más que un pasatiempo, una pasión compartida

La jardinería, que antes podía considerarse un hobby doméstico, se ha transformado en una disciplina valorada por su aporte estético, emocional y ambiental. En Salto, el club ha tenido un rol clave en esa transformación.

“La gente quiere tener su jardín, conectar con las plantas. Hoy todo el mundo quiere un rincón verde en su casa, y eso en parte se debe a la labor constante del Garden Club”, afirmó Invernizzi.

Las exposiciones son el momento cúlmine del año. En octubre, por ejemplo, se realizará una gran muestra en el Hotel Los Cedros, con la intención de acercarla al centro de la ciudad y facilitar el acceso al público general. Este evento, al igual que el Plant Market, se ha consolidado como una referencia cultural y social en Salto.

Una tradición con sabor inglés... y alma salteña

Una de las costumbres más encantadoras del club es la del té de la tarde, heredada de la tradición británica pero adaptada al estilo local. En cada evento, luego de las actividades o las exposiciones, los asistentes se reúnen a compartir infusiones, tortas y buena conversación.

“En la terraza del hotel se sirve el té, siempre. Es una tradición que se mantiene con el tiempo, un momento de cierre que deja un recuerdo cálido”, relata la presidenta.

Esta costumbre no solo realza el evento sino que aporta una atmósfera de elegancia sencilla y hospitalidad que define al club. No es solo una reunión social, sino una oportunidad para celebrar logros, intercambiar ideas y fortalecer vínculos.

Trabajo en equipo y liderazgo femenino

El crecimiento del Salto Garden Club también ha sido un ejemplo de liderazgo femenino colectivo, desmitificando ciertas ideas sobre la competitividad entre mujeres. Invernizzi enfatiza que, si bien puede haber una “competencia amistosa” en las exposiciones por quién tiene el mejor arreglo floral, la esencia del club es colaborativa y complementaria.

“No hay competencia negativa. Al contrario, nos apoyamos y trabajamos juntas. Incluso en Montevideo se sorprendieron de cómo funcionamos como un solo grupo en Salto”, comenta con orgullo.

Este modelo de organización muestra que es posible combinar estructura con comunidad, liderazgo con humildad, y tradición con innovación.

Nuevas iniciativas y futuro en flor

Además del Plant Market y la gran exposición de octubre, el club ya planea nuevas actividades. Una de ellas, prevista para agosto, es una conferencia sobre “El Arte en las Flores”, con una especialista enviada desde Montevideo. Aún sin fecha confirmada, esta charla busca ampliar el horizonte cultural y estético del grupo y del público que los sigue.

Las reuniones, que antes eran mensuales, ahora intentan realizarse dos veces por mes. “Este año quisimos hacer más actividades para mantener la motivación y la conexión. Nos reunimos en el Club Uruguay, donde tenemos nuestro salón”, cuenta Invernizzi.

Aunque algunas actividades más tradicionales, como el trabajo en plazas públicas, se han suspendido, el club sigue muy activo y adaptándose a los tiempos. Su foco está en generar comunidad, inspiración y belleza a través de la jardinería.

Un legado vivo

En tiempos donde lo digital y lo instantáneo parecen dominarlo todo, espacios como el Salto Garden Club representan un rescate de lo esencial: el contacto con la naturaleza, el trabajo hecho con las manos, el valor de la paciencia y la belleza compartida.

María Gabriela Invernizzi, entre plantas y proyectos, deja una invitación abierta: “El jueves, vengan a pasear, a mirar, a disfrutar. El lugar está lindo, hay artesanos, hay río. Y hay mucha gente que pone su corazón en esto”.

El Salto Garden Club, con casi medio siglo de historia, no solo siembra flores. Siembra comunidad.

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