Urbanizar sin apuro /
Lo que se juega en el debate por las 140 hectáreas
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Por Pedro Rodríguez
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moviles@laprensa.com.uy
En estos días, la Junta Departamental de Salto discute un tema que puede cambiar el mapa urbano del departamento: la recategorización de 140 hectáreas en la zona de los Altos del Ceibal, para la creación de una nueva Unidad Barrial , la número 10. Es un proyecto enorme, pensado para el crecimiento de la ciudad. El edil del Frente Amplio, Walter Campos, integrante de la Comisión de Legislación y secretario de la Comisión de Obras, lo explicó : este no es un tema nuevo, lleva años sobre la mesa y por algo nunca se aprobó. Por eso sorprendió que, al llegar nuevamente a la Junta, fuera enviado primero a Legislación en lugar de pasar por la Comisión Asesora de Obras, que es donde corresponde analizarlo técnicamente.
Documentación extensa y poca claridad
Cuando los ediles fueron citados, se encontraron con un mamotreto de casi 180 páginas, más otros anexos técnicos. Sin embargo, no habían tenido acceso previo a ese material. Y para peor: el proyecto se quería votar en la siguiente sesión. Campos asegura que no se trataba de trabar nada ni poner “palos en la rueda”, como se dijo. La preocupación era otra: los ediles no son técnicos, y un proyecto de urbanización de esta magnitud exige estudios, informes actualizados y consultas a especialistas antes de levantar la mano.
Impacto ambiental y urbanístico: el punto clave
Uno de los temas que más inquieta es el terreno en sí. La zona es considerada inundable según los informes previos. No se trata de la crecida del río Uruguay, sino del comportamiento natural del suelo y de las aguas en un área que, técnicamente, podría verse afectada en un horizonte de 100 años. Para mitigar ese riesgo, el proyecto plantea un relleno de 40 centímetros en toda el área.
La pregunta es sencilla: ¿quién controla ese relleno? ¿Quién garantiza que se haga como corresponde? Son hectáreas y hectáreas de trabajo, y un error puede significar problemas serios para las familias que vivan allí en el futuro.
Además está el tema de la plusvalía. Y Campos fue claro: acá no estamos hablando de dos pesos. Esto implica millones de dólares, y esos recursos deben utilizarse de forma transparente y sabiendo exactamente cómo y dónde se aplicarán.
Informes viejos para un proyecto nuevo
La CADOT, la comisión técnica asesora, había emitido un informe en 2021, pero para un proyecto de 70 hectáreas. Hoy se plantean 140. El doble. Entonces, ¿vale ese informe? ¿Puede usarse para una urbanización que amplía tanto la zona afectada? Los técnicos que asesoraron al Frente Amplio recomiendan ir paso a paso: urbanizar primero 70, evaluar el comportamiento del suelo y luego avanzar. Saltarse etapas puede traer consecuencias difíciles de revertir.
La pregunta de fondo: ¿por qué tanta urgencia?
Campos lo dijo sin rodeos: cuando hay millones de dólares en juego, siempre aparece la duda. No se acusa a nadie, pero la transparencia y el orden son indispensables. Por eso el FA presentará una exposición escrita con argumentos técnicos, señalando los puntos que deben corregirse antes de aprobar la recategorización.
Una decisión que marcará el futuro
El proyecto, según trascendió, tendría los votos para aprobarse igual. Pero la discusión dejó a la vista algo importante: urbanizar no es solo dibujar un plano y vender terrenos. Es pensar en parques, calles, servicios, seguridad hídrica, transporte, iluminación y calidad de vida real. Doña María y Don José —como repitió Campos— merecen terrenos donde puedan vivir con dignidad, sin riesgos y con garantías. Y eso no se logra votando a las apuradas.
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