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"Poeta de cosas esenciales" /
30 años sin Altamides
El miércoles, cuando también se cumplía un año más de la muerte de Horacio Quiroga, se cumplieron 30 años de la muerte de Altamides Jardim, a quien con gusto consideramos salteño: nació en el departamento de Artigas el 24 de diciembre de 1903, y murió en Salto el 19 de febrero de 1995. Escritor, poeta, docente, militante político.
Poco y bueno
Altamides es un poeta importante para Salto pese a no haber publicado mucho. Le bastaron solo dos libros para ganarse esa buena posición en la literatura salteña: «Cielo y raíz», en 1937, y «Corazón molinero», en 1987. Las clases de literatura quizás absorbieron sus ansias de comunicación a través de la poesía, lo que junto a una fuerte autocrítica, habrán seguro incidido en su escasa publicación. Pero, como fue dicho alguna vez: lo breve, si es bueno, es dos veces bueno. Y la obra de Altamides no es abundante, pero es buena.
Que fue importante lo entendió también Leonardo Garet, cuando dos años después de su muerte, y porque así lo había querido y solicitado el propio poeta (que había sido su profesor) reunió y comentó su obra en el libro «Altamides Jardim–Poesías Completas» (Ediciones Casa de Nuna, Salto, 1997).
La profesora Laura Domínguez, montevideana que vivió buena parte de su vida en Salto y que también escribe y ha publicado libros, ha dicho con mucha razón que “si buscamos donde se encuentra la continuidad de su poesía, podemos hallarla más que en la forma, en las líneas temáticas y en los motivos que aparecen en ambos libros. De estas líneas se destacan: la guitarra, el canto, el hombre en el paisaje, en definitiva, la búsqueda encarnizada y exigente de comunicación».
La biografía
Su nacimiento se da en las cercanías del pueblo Cabellos, hoy Baltasar Brum, el 24 de diciembre de 1903. En 1934 se traslada a Salto, donde ejerce la docencia de Literatura y participa activamente en distintos movimientos culturales. Es el encargado de la filial de la Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE), inquietud que se transformará, en 1946, en la Asociación “Horacio Quiroga”.
En 1935 publica su poemario Cielo y Raíz, al que sigue, más de medio siglo después, Corazón molinero (1987). En 1997 se editan sus Poesías completas, en un volumen que incluye los dos títulos anteriores, a los que se suma el inédito Raíces abiertas.
El crítico Leonardo Garet, alumno de Jardim, lo evoca como docente: “Altamides que no era de gran estatura, adquiría en sus clases, vibrando con sus temas predilectos, una dimensión formidable. Se agigantaba a nuestros ojos, levantando con él a Otelo, a Próspero, a Antígona”. En el prólogo a sus Poesías Completas, Garet lo define en su faceta creadora: “Altamides Jardim es poeta de cosas esenciales, de sentimientos sutiles y profundos. Su forma es vanguardista, acercándose por su temática al Nativismo […] Se consustancia con el paisaje inmediato y no con el exotismo; eleva el paisaje nuestro al plano de la espiritualidad; es poeta de gusto refinado y de rica invención”.
El compromiso de Jardim con la militancia política fue permanente. Fundador en Salto del Partido Comunista del Uruguay, también fue impulsor del Frente Izquierda de Liberación (FIDEL). Durante la dictadura militar sufrió persecución personal y familiar.
En 1985 fue homenajeado por la Coordinadora de Trabajadores por la Cultura de Salto. En 2014 la Dirección de Cultura de la Intendencia de Salto lo homenajea en Casa Quiroga, acto en el que hablan Garet y Facundo Jardim, nieto de Altamides y también profesor de literatura. Desde mayo de 2017, se cuenta en la propia Casa Quiroga con el “Espacio Altamides Jardim”.