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El mareo se puede describir como una sensación de aturdimiento o atolondramiento, acompañado de una falsa sensación de movimiento o vueltas (vértigo), más una inestabilidad o pérdida del equilibrio seguido de una sensación de desmayo. Incluso podemos tener la sensación de balancearnos incluso estando en posición estática.

El mareo e puede ir acompañado de otros síntomas como náuseas, vómitos, debilidad, cambios en la audición, presión o sensación de tener los oídos tapados y aumento del tinnitus (zumbido en los oídos).

El cerebro mantiene el equilibrio del cuerpo usando la información que transmiten los ojos, el oído interno y los sistemas sensoriales del cuerpo (como la piel, los músculos y las articulaciones). Una lesión en algunos de estos sistemas integradores o el predominio de uno sobre el otro, puede provocar desequilibrio corporal que es percibido como vértigo, pero son las afectaciones del sistema vestibular las que con mayor frecuencia producen este síntoma.

Razones por las cuales podemos marearnos

Migrañas: La migraña es una enfermedad vascular caracterizada por cefaleas periódicas, con síntomas neurológicos (aura) como mareos o vértigo.

Descenso de la presión arterial: Cuando la presión arterial en nuestro cuerpo es demasiado baja puede provocar reducción del flujo sanguíneo en los órganos vitales del cuerpo induciendo así la sensación de mareo o desmayo. El descenso en la presión arterial se puede producir de manera repentina (si tendemos a tenerla alta) o también cuando realizamos movimientos bruscos.

Hiperventilación: Esta manera rápida de respirar implica que en nuestros pulmones está entrando más niveles de oxígeno del necesitado y disminuyendo el de dióxido de carbono; el equilibrio entre ambos gases que entran en los pulmones se rompe, y en consecuencia nuestro organismo tiene que tratar de equilibrar el pH de la sangre que se vuelve alcalina, lo que puede producirnos sensación de mareo, debilidad de piernas y dificultad en la visión.

Problemas cardíacos: Los trastornos como la miocardiopatía, el ataque cardíaco, la arritmia y el accidente isquémico transitorio pueden causar mareo.

Hipertermia: Cuando estamos expuestos a un clima muy caluroso podemos sentir mareo debido a que la temperatura corporal aumenta más de lo normal.

Baja concentración de azúcar en la sangre: Cuando sufrimos de hipoglucemia o nos da un bajón de azúcar podemos experimentar sensación de mareo o aturdimiento.

Baja concentración de hierro en la sangre: La falta de hierro suele ir acompañado de cansancio, sensación de debilidad y mareos.

Infecciones de oído: La laberintitis – una infección o inflamación del oído interno – y la neuronitis vestibular – una inflamación del nervio vestibular – suelen producir vértigos y mareos.

Tensión muscular en las cervicales: Las contracturas en las cervicales implican una inflamación que causa la compresión del riego sanguíneo y por tanto pueden aparecer los mareos y vértigos.

Ansiedad y estrés: Estas emociones implican en muchos casos, tensión muscular (sobre todo cervical), hiperventilación, cambios bruscos en la presión arterial, de ahí que nos podamos sentir mareados en picos elevados de ansiedad y estrés. Es importante que, si tras pruebas médicas e imágenes radiográficas no se puede detectar la anomalía que pueda estar provocando el mareo, lo más probable y lo más común es que se estén produciendo como consecuencia de la ansiedad o un alto nivel de estrés.

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