
El segundo decisivo
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Por Ramón Fonticiella - Ex Intendente de Salto
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rfonti08@gmail.com

Hace un par de noches vi en TV la ejecución de un penal. Revisé la reiteración y me convencí: hubo un segundo decisivo. Quizás una fracción de segundo: el tiempo de la decisión del ejecutante, cuando percibe la intención del arquero de volar a la derecha, entonces él se la tira al medio. Gol. El domingo 11 de mayo todos tendremos el segundo decisivo, cuando pongamos en el sobre de votación la lista para elegir intendente. Podrá haber variedad de contenidos en ese segundo. Algunos concretarán lo que hace mucho decidieron y votarán por quien ya eligieron intelectualmente.
Otros lamentablemente podrán estar cumpliendo con un sometimiento y colocarán la lista que alguien les ordene, a cambio de la esperanza de un cargo, de un terreno o de un pago en efectivo. Una situación de máxima tristeza: violentar su propia voluntad. No culpo a quien le faltan luces y le sobran problemas; a aquel que la propina que recibirá le podrá servir para comer mañana. Responsabilizo, con asco, a quienes prostituyen la democracia comprando sufragios, aunque canten loas a la libertad, la igualdad e incluso al partido político que dicen pertenecer.
No pueden ser fantasías los cientos de anécdotas que en una elección y otra, se narran sobre el cambio de votos por promesas o dinero. Ojalá fuera cuento, que hasta se exigen fotografías del acto de introducción de la lista en el sobre dentro del cuarto secreto, como prueba para “cobrar” los pesos prometidos. Gente que ha trabajado profesionalmente en otros países , me dice que es práctica común en varios lugares; “mal de muchos, consuelo de tontos “ dice el refrán, no debe consolarnos que nuestro santuario de la democracia se iguale con “repúblicas bananeras”.
Dicen que no puede hacerse nada. Si se puede. Primero depende de la estatura moral del corruptor; si engola su voz criticando ingresos a dedo en cargos nacionales, no puede hacer lo propio en su territorio. La moral política es esencial para el fortalecimiento democrático. Si la compraventa de voluntades se considera normal, estamos en el horno.
Mirado desde el otro ángulo, el del votante, aparece el “segundo decisivo”. El que cada persona debe dedicar a decidir la colocación de la lista. No pierda su propina, porque la necesita, pero no se prostituya; haga la foto con la lista que le obligan, pero ponga la que le dará libertad, la que usted quiera. Piense que lo están usando como herramienta para seguir quedándose con lo suyo, su voto puede condenarlo a ser su sirviente siempre. No importa el partido del corruptor, lo usa para encaramarse y montado en su espalda viaja a su gloria personal.
El segundo decisivo de cada persona, puede transformarse en su “tiempo de cumplir”.
Libérese del yugo de quienes lo jinetean. No importa el partido.
Vote por usted.
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