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La sociedad presenta hoy a través de las pautas de consumo una forma de disfrutar basada en bienes y en su exhibición. La austeridad "no paga" y en forma constante vemos atletas, deportistas en general, actores mostrándonos cómo han alcanzado logros asociados a marcas, ergo, han consumido bienes de nivel que los muestran como hijos de la cultura del éxito. Pero todos sabemos que los logros se alcanzan a partir del esfuerzo, del trabajo, del estudio, del ahorro, de años de constancias. Sin embargo esa parte de la película no "la muestran", y se entiende, no vende.

En ese marco aparece el narcotráfico con su carga de exclusión, delito y muerte pero también aparece como un eficaz camino al "éxito" a partir de por ejemplo la comercialización de estupefacientes. Hay que escuchar a la gente. Una trabajadora de un barrio de Montevideo decía que cuando le podía la daba cincuenta pesos para la merienda a su hijo en edad escolar. El hijo del narco iba todos los días con quinientos. Los niños, y muchas veces los adultos, no analizan "la calidad moral" del origen del dinero. Es dinero y punto y uno tiene cincuenta y el otro quinientos. No se trata de cómo se llega sino de llegar.

A veces también me pasa que alumnos donde doy clases se interrogan si tanto esfuerzo para un título para después luchar para conseguir trabajo si hay lugares donde se accede a un empleo público a partir de un trabajo político. Tienen razón, paga más el repartir folletos para un mediocre que estudiar y concursar. Me quedo sin respuestas. Acá no es como con el narco, no hay ilegalidad pero sí podríamos hablar de legitimidad. Pero de nuevo el problema de los quinientos pesos. También está de nuevo la construcción y el logro de los quinientos pesos. Si un municipal accedió al cargo por repartir folletos y va al súper con quinientos pesos valen lo mismo que el docente que se rompió el lomo cuatro años estudió, se recibió, concursó, llegó al trabajo y cobra dinero. Sus quinientos pesos tienen origen legítimo pero valen lo mismo.

El tema es la construcción moral que hemos hecho de los caminos para llegar y que hoy está absolutamente desvalorizada.

También se explica por qué somo un país de tercer mundo. Acá hay mucho desparpajo y lo hemos aceptado como un mandato bíblico. Hemos deificado estos temas al decir de Marx cuando se quejaba que los hombres tomaban a los temas de su propia construcción como de carácter divino.

Hay mucho muchacho suelto en banda que es fácilmente cooptado por delincuentes, por narcos, por sectas que se divierten pues no tienen barreras morales y como carecen de un proyecto de vida, de estudio, de trabajo, de deporte, se pueden sumar a cualquier cosa, y si les da un mango mucho mejor.

Entonces un primer problema a abordar es darle un marco de espacio vital a los chicos, o sea que hagan cosas. Un gurí de 14, 16, 18 años no puede estar a la deriva, tiene que estudiar, trabajar, hacer deporte, ir a una iglesia, a una actividad social, en fin, no puede levantarse a "ver qué pasa". Y los que lo mantienen tienen que meterse en esa vida, preguntar, cuestionar seguirla y exigirle resultados. El dejarlo a la deriva no sirve para nada, al menos es darle pasto a las fieras.

Por lo que no hay que resignar lugares de decisión, padres abuelos, tíos, tienen que asumir sus espacios, no dejar que los tomen otros y avanzar sobre los proyectos de los muchachos, no pueden quedar a la deriva porque aumenta y mucho el riesgo de que caigan en cualquier cosa y luego aparezcan con los famosos quinientos pesos, cuyo origen ya sabemos.

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