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En esta segunda nota sobre el análisis que dejó nada menos que las elecciones internas vamos a mirar lo que hizo el Partido Nacional.

Consagró a Álvaro Delgado como era previsible pero lo dejó muy lejos de la economista Laura Raffo, lo que terminó de ahogar la supuesta fórmula de Delgado/Raffo. Esto generó que por un lado hubiera muchas especulaciones y que por otro el ex secretario de la Presidencia de la República eligiera a la ex sindicalista de Adeoms Montevideo y ex comunista Valeria Ripoll.

Quizás los blancos no terminaron de festejar el triunfo de Delgado que se debieron tragar este verdadero sapo. Es que Ripoll no tiene formación universitaria pero tampoco un carisma de aquellos, tampoco sabe mucho de algún tema, simplemente es "combativa" y "mediática". Pero alumbrémonos en los clásicos para tener más marco teórico. A buen fin no hay mal principio, también traducida como Bien está lo que bien acaba, es una obra de teatro de William Shakespeare. Pero hilemos más fino; Ripoll llegó hace menos de un año al Partido Nacional por lo que antes que ella había mil y un candidatos; a eso le agregamos un pasado de decir cualquier cosa de los blancos. Sin embargo Delgado, dicen que apoyado por Lema y Lacalle, se tiró a la pileta. Lo primero que hay que decir que Delgado marcó la cancha y al llegar a tan altos guarismo frente a Raffo asumió que él debía elegir, y él eligió. Es tanto el caudal a favor que se sintió con viento a favor. No nos termina de cerrar, pero como dice Shakespeare, veremos. Eso sí, no le va a alcanzar con ganar el segundo lugar y luego el ballotage, tiene que ser una buena vicepresidenta, miremos a Beatriz Argimón la actual vice, una mujer impecable que se va sin manchas de su gobierno. Convendría mirarse en el espejo de la escribana Argimón para analizar estos temas en tiempos de Ripoll.

Fue quizás también, hay que decirlo, algo de sombra que se tiraron los blancos encima. Dicen que hay estudios de mercado que la avalan, dicen que podría raspar votos de izquierda, dicen tantas cosas. Lo cierto es que la decisión está tomada y eso obliga a Álvaro Delgado a traccionar el doble pues no solo debe cinchar él sino que además mostrar que no se equivocó para afuera y para adentro por lo que a Ripoll la van a mirar con lupa.

Hay algo que no se puede soslayar y es la consolidación del Partido Nacional en el interior del país. Es más que probable que siga así y gane de largo la mayoría de las intendencias donde hace rato gana de largo. Por ejemplo, Artigas fue colorado, recordamos a Signorelli y el Dr. Juan, tuvo un pasaje frenteamplista pero ahora parece que los blancos se asentaron en la tierra fronteriza y no se van más. Acá Lima movió toda su  estructura y consiguió algo que para el esfuerzo y el movimiento suena a poco. Y eso que vive para la política. Parece la Coalición marcar bien el rumbo, aunque queda mucho para mayo de 2025. Antes queda octubre y bien que todos lo saben. Los colorados van guardando su feudo riverense y poco más por lo que tendrán que remarla aunque ya nos ocuparemos de la falange batllista.

Cerrando con el Partido de Oribe se puede decir que el herrerismo copó todo y ahora, con el aval del presidente Lacalle de fondo, va por un buen octubre y un mejor noviembre. 

Cerrando este análisis vemos bien plantado a Delgado, que deberá mostrar mucho todavía pero viene bien, pero no terminamos de cerrar la elección de Ripoll. Quizás el ex secretario de la Presidencia compró nubes grises cuando el celeste le quedaba bien.

 

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