El Partido Colorado sacó algo más de la mitad de los votos que logró en la interna pasada, o sea la del año 2019.

Eso solo podría marcar mucho pero también hay que decir que de los cien mil votos actuales, todos y cada uno son fundamentales para la Coalición Republicana. El menú, de los que podían llegar, iba de Robert Silva, Tabaré Viera, Gabriel Gurméndez a el abogado penalista Andrés Ojeda. Al final ganó este último por una buena ventaja aunque no por mayoría absoluta. Caso increíble el del Partido Colorado, dominó a placer el Uruguay casi un siglo pero ahora no logra volver a posicionarse para estar en la máxima consideración. Las elecciones pasan y no encuentran el hombre o la mujer que los vuelva al ruedo, al menos a esa gloria que les va quedando lejos. Tiene que enfrentar una especie de estrangulamiento pues los blancos dominan en casi todo el Interior del país y el Frente Amplio es muy fuerte en Montevideo y Canelones, los dos distritos más importantes y poblados del país.

Solo les queda Rivera donde Tabaré Viera, Marne Osorio y Richard Sander han armado un buen tinglado donde ganan con facilidad. Pero ahí se les termina la canción. Quizás el último gran líder de los tiempos modernos fue el doctor Pedro Bordaberry pero decidió dar un paso al costado. Veremos ahora. No podemos dejar de lado lo clave que ha sido la figura de Julio María Sanguinetti, el hombre que entendió todo y presentó la idea de Coalición en sendas reuniones con el extinto doctor Larrañaga y el actual presidente cuando ambos eran senadores de la República. Sanguinetti, quizás de las cabezas políticas más importantes, le descubrió un nuevo rol al Partido Colorado, el de articulador de la Colación y desde allí tener participación en el poder.

No hay que despreciar el instinto del ex presidente que por algo hizo lo que hizo. En ese marco, y casi que siguiéndolo, Andrés Ojeda presenta un discurso en modo coalición y da la imagen de que sin los colorados es imposible seguir manteniendo el Frente Amplio fuera del gobierno. El abogado y profesor Robert Silva será el compañero de fórmula de Andrés Ojeda, hombre que tuvo gran actuación en  la educación, donde fue esperablemente resistido por los gremios y la oposición.

Acá habría que hacer un estudio a fondo pero llama la atención que no levante cabeza el partido de Batlle y Ordóñez, nada menos, pero los números cantan. Ojeda le asigna un nuevo rol, más acabado a los tiempos que corren y se entiende y se respeta. No va a salir a decir que va a arrasar en las elecciones porque no le creerían ni los amigos. De todas formas parece imperar la idea de lo que dice Kesman, "es lo que hay valor".

Miremos lo que está pasando en Salto, donde después de ganar Germán Coutinho y su florido discurso no ha podido repetir y en cada elección se va achicando. No se trata de cargar a Germán, pero es lo que le va pasando a su glorioso lema, le cuesta fidelizar a los electores. En su momento Coutinho logró que tres de cada cuatro blancos, llamando así a los que habían votado al Partido Nacional en octubre, lo votaran, lo que no es menor pasando de veinte a casi cuarenta mil votos en mayo de 2015. No le dio por poco, fue la primera victoria del doctor Lima.

Estos tiempos de Ojeda coinciden con la articulación que es capaz de lograr el Partido Colorado, no lo que manda su historia pero es lo que manda su presente, su realidad y a nadie hay que acusarlo o castigarlo por ser realista.