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Lo del ex senador Charles Carrera, todo es un episodio muy desagradable. El Senado de la República acaba de sacarle los fueros y aceptar su renuncia, las dos cosas. Había un pedido de la fiscal para investigar sobre delitos que lo involucran y por otro una carta de renuncia al cargo que ejercía en la Cámara Alta al presente. Finalmente, Carrera otrora el niño mimado del MPP, quedó a disposición de la justicia y abandonado a su suerte, actual y futura, porque también lo anularon en su candidatura en las próximas elecciones del 27, tercer lugar titular de la lista 609, la mayoritaria en la estructura del Frente Amplio. Literalmente quedó en la calle y tendrá que subsistir por su propia cuenta de ahora en más. Dice que ejercerá su profesión de abogado como Dios manda. Es un claro ejemplo, uno más de la pretendidamente impoluta izquierda, que cae desde las alturas del cielo a lo más bajo del infierno, de lo más arriba a lo más abajo.

Desde el principio, cuando datan los hechos que se lo acusan, en pleno gobierno de José Mujica, su mentor y amigo, y la del Ministro del Interior, Eduardo Bonomi, ha pasado mucha agua debajo del puente, una historia de protección y silencio sobre malas prácticas, corrupción y abuso del poder que involucraba a varios personajes del poder progresista. No solo el encubrimiento de una bala perdida que dejó parapléjico a una víctima por parte de un oficial de policía de fiesta loca, y su posterior atención y tratamiento en el Hospital Policial de manera ilegal, además del pago de una cifra mensual por “solidaridad” y encubrimiento durante varios años. Pero eso solo es la punta del iceberg, hay pruebas de abuso de poder que usaba las instalaciones y servicios del centro hospitalario policial para la atención suya y de su esposa. También la esposa del Ministro Bonomi, la diputada Susana Pereyra hacia lo mismo. A pesar de su regio salario como legisladora y eventualmente los seguros médicos que le correspondían, le gustaba usar ilegal e impunemente el Hospital Policial para sus necesidades corrientes de salud. Supongo que querría sentirse una paciente Vip con atención personalizada en un centro bajo el mando jerárquico de su marido que meramente una diputada entre tantas en un sanatorio privado y mucho más que un hospital público en la órbita de ASSE. ¡Dios me libre!

Lo relatado fue denunciado oportunamente e iniciadas las acciones pertinentes, en la administración y en la justicia, pero la procesión fue lenta, muy lenta y hasta ninguneada. Todo el mundo oficialista miraba para el costado, había muchos muñecos importantes alrededor. Todas las historias vinculadas al luego senador Carrera, antes Director General de Secretaría del Ministerio del Interior, donde se consumaron los supuestos delitos denunciados, durmieron el sueño de los justos, hubo barreras injustificadas y protecciones a la impunidad del status quo oficialista. Incluso la Comisión Investigadora del Senado, formada en este período, fue olímpicamente ignorada y desmerecida por el propio Senador Carreras que se negó siempre a concurrir y dar la cara con las explicaciones de los casos atribuidos con los detalles correspondientes. La misma actitud y disposición de renunciar estoicamente ahora a la banca de senador y ponerse a disposición de la justicia no la tuvo con sus pares senadores que también estaban investigando y aclarando lo ocurrido. Un teatro bien armado para disimular la gravedad de los hechos.

Pero hay que señalar que los que ahora se rasgan las vestiduras y lo dejaron caer al senador hasta no hace mucho lo protegían y promovían. Los propios Mujica y Topolanky le bajaron el dedito, se cuestionaron sobre los hechos, de los que se lavaron las manos por supuesto, y le cortaron la cabeza en la nueva lista del MPP en pugna en estas elecciones venideras. Estaba en el tercer lugar, uno de los más importantes dirigentes del sector junto con Alejandro Sánchez. Estaban en la puerta las elecciones y Carrera denunciado y deschavado era un piantavotos.

Digamos de paso que ya hay condenas a secretarias y funcionarios que usaban ilegalmente los servicios de Hospital Policial a pagar las facturas adeudadas con montos correspondientes con intereses y ajustados por inflación. No solo Carreras era el único abusador en estas materias.

Bien dijo el senador nacionalista Javier García en la sesión de Senado que se trato el desafuero y la renuncia de Carreras que “más que una renuncia del senador esto pareció una fuga”. Y salida por la puerta de atrás, manchando una vez con las conductas de abuso de poder y malas practicas administrativas de los progresistas que piensan que el estado y las empresas públicas que gestionaban son propiedades propias que utilizan a su antojo, de la manera que quieren y como se les de la gana. Y además la nueva comprobación en los hechos que Mujica, tal como lo aseveró una vez “que se abrazaría con culebras para ganar una elección” también ahora manda al muere sin vergüenza ni pudor a los compañeros para no perder votos a mansalva en las elecciones próximas.

La supuesta moralidad del progresismo nunca existió y las mejores prácticas políticas nunca se concretaron. Esta a la vista...

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