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Por el momento el presidente Orsi y el Ministro Odone aguantan la embestida de aumentar impuestos a los presuntamente más ricos del Uruguay. El primero porque lo había prometido en la campaña electoral y es hombre de palabra (sic). El segundo porque no cree directamente en la medida, la presión tributaria ya es excesiva y es necesario atraer las inversiones. Bueno, yo les creo en principio, pero quiero ver si aguantan la estocada por mucho tiempo.

Creo que en poco tiempo será una avalancha de senadores y diputados del oficialismo dispuestos a tomar la medida diligentemente. El populismo, el progresismo y el marxismo son mayoría en el Frente Amplio y una acción como esta de sacarle a los ricos para dársela a los pobres es demasiado tentadora y propia de su naturaleza como para no tomarla en su propio gobierno.

Precisamente en este tiempo de armado de presupuestos y proyección de gastos cuando las demandas y expectativas de los sectores dependientes del tesoro central se agrandan al máximo, muy por encima de las posibilidades existentes, de la caja disponible. Cuando los gremios aduciendo su condición en consonancia con el gobierno que votaron y promueven, pidan los enormes recursos para sus sectores, independiente de su justicia y se les recorten sus expectativas en relación a lo existente y posible, mucho menores de lo planteado, entonces la barra al unísono y a los gritos pelados tomará suya el planteo de aumentar el 1% del PBI al 1%% de los multimillonarios que redundarán en U$S 800 millones anuales taca, taca…

Es una tentación muy grande. Primero, el sueño del pibe marxista que estaría al alcance de la mano, sacarle a los ricos para dárselo a los pobres, en realidad para desparramarlo en el gasto público. Luego, estará en plena discusión la existencia de recursos nuevos para financiar las locuras y excesos de todas las demandas puestas arriba de la mesa y... ¿Cómo que no hay plata? Ahí mismo está el dinero que buscan, bien en frente de sus narices, el dinero de los dueños del Uruguay, que hicieron fortunas en todo este tiempo, y que no es una locura sacarles apenas un cambio para agrandar la torta distributiva.

Desde luego que darle un golpe de muerte a la pobreza infantil es un verso de dimensiones planetarias. Robin Hood le robaba a la Casta para distribuirla entre los más pobres de la sociedad, pero ese es un cuento, un mito, una ficción, que sirve como motivador y excusa perfecta, porque ya se sabe que la plata terminará en los bolsillos de la otra casta del Pit-Cnt: en todo caso de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.

El impuesto lo propuso el Pit Cnt el acto del 1° de mayo. Después levantó el estandarte el presidente Marcelo Abdala en su visita a Yamandu Orsi a la Torre Ejecutiva. Los senadores Rodríguez, Andrade, Moreira y Carballo de la bancada oficialista ya dieron su acuerdo a la iniciativa. En la Cámara de Diputados debe haber unos cuantos en la gatera listos para largar. Sin dudas que muy pronto correrá como reguero de pólvora la máxima que es pertinente, razonable y posible que se transfieran dineros de los más ricos hacia los más pobres, eso es izquierda pura, lisa y llana, es justicia progresista que el gobierno del Frente Amplio debería instrumentar a la brevedad.

Llegado a este nivel las cosas, quiero verlo al Presidente Orsi y al Ministro de Economía Gabriel Odone si pueden resistirse al clamor de todos sus compañeros y colaboradores. No lo creo… me temo que "así como te digo una cosa harán otra completamente contraria", eso lo saben hacer muy bien…

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