Anotaciones Callejeras
Compartimos textualmente este reclamo que nos hacía un lector esta mañana: “Por favor, quisiéramos que plantearan la situación de la calle que entra a las viviendas de Mevir, en la Colonia 18 de Julio. Es intransitable, aparte sin ninguna iluminación. Los días de lluvia es un chicle, no podemos salir. La pregunta es a dónde debemos dirigirnos, que nos escuchen, salimos a trabajar y volvemos en la noche sin luz y con muy mal estado de la calle, Gran Betaña se llama la calle”. Bien, trasladamos entonces la inquietud a las autoridades.
Sin dudas que se siente que estos días la temperatura se ha elevado varios grados en el termómetro. Estamos transitando (aunque en las noches igualmente se nota el frío) el anunciado veranillo, que aparentemente durará aún algunos días más. La gente empezó a quitarse un poco de ropa. “Ahí está el problema -comentaba ayer un médico-, ustedes van a ver que la gente empieza de golpe a desabrigarse y así no salimos nunca de esta seguidilla de enfermedades respiratorias; estos cambios de temperatura, si no tenemos cuidado, son lo peor que hay”. Habrá que tener precaución entonces, no podemos pasar de la campera y bufanda, al short y la remera manga corta.
Hablando del frío, es esta una época en que mucha gente demuestra su solidaridad. Vemos varias instituciones sociales con colaboración de ropas y demás. Pero están también aquellos que, anónimamente, en silencio, sin cámaras ni micrófonos, sin fotos para las redes, colaboran con abrigo y hasta comida para personas que lo necesitan. A modo de ejemplo: hemos sabido que una familia que reside en el centro, todas las tardecitas se acerca a la Plaza Artigas, donde habitualmente merodean personas en situación de calle, y les entregan bandejas con comida. Un gesto que merece destacarse. Y lo hacen, como decíamos, de forma anónima, no quisieron por nada el mundo que publicáramos su identidad.
A propósito, nos dicen que en horas de la madrugada, en esa y en otras plazas de la ciudad, es estricto el control que realiza la Policía, a fin de evitar que haya gente durmiendo a la intemperie. Cuando encuentran alguna, le solicitan documento, le preguntan sobre su situación y la invitan a ir a un refugio si no tiene casa. Entre estas personas, nos dijo un funcionario del Mides, que “hay muchos extranjeros, hay argentinos, brasileños, bolivianos, unos cuantos colombianos…”.
Y ya que mencionamos el tema refugios, ante alguna confusión que hubo, vale hacer la siguiente aclaración. La persona que resultó lastimada por una descarga eléctrica hace unos días, hecho que fuera informado por la Policía, se encontraba en un “refugio para inundados” (en diagonal Arralde), no en los refugios dispuestos por la ola de frío.
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