¿En qué quedó el libre comercio?
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

Hace un tiempo falleció el ingeniero Alejandro Vegh Villegas, ingeniero, liberal y libre pensador de temas de mucho peso. Estuvo a cargo de áreas del Estado en tiempos de la dictadura que aprovechó su buen nombre para que el país no fuera marginado. Igual, no había tanta presión por no tener democracia, incluso muchos países de América vivían dictaduras militares y la gente se iba acostumbrando a vivir bajo el régimen del fusil, algo impensado en muchos lados hoy, salvo en "paraísos" revolucionarios tipo Cuba, Venezuela y Nicaragua. Pero volvamos a Vegh Villegas, había acuñado una frase bien interesante, "dame socios lejanos y estables" porque sabía los problemas de la comarca. Sobre esas bases el Uruguay ha crecido pero también ha padecido bastante. El tema es que ahora la estabilidad tan ponderada pierde peso ante gente como Donald Trump que no respeta el libre comercio, justo al frente de la nación que creció a la luz del libre comercio y que gracias al mismo es lo que es.
De todas formas hay que entender que el norteamericano promedio votó a este hombre con más fuerza que cuando ganó por primera vez, o sea que ahora lo conocían e igual porfiaron conquistando más corazones y más voluntades. Además Trump ha despreciado a lo largo de su vida a mujeres, latinos, negros, asiáticos, y sería impensado decir que no lo votaron mujeres e inmigrantes en general. Ergo, atacó a todo el mundo que quiso y lo votó todo el mundo arrasando en las elecciones. ¿Qué pasó? Todo un tema.
El mundo sabía como era Donald Trump pero de todas formas cuesta ver cómo se pasan por arriba acuerdos, aranceles, pactos anteriores. Por lo que hay que empezar a acomodarse a estas formas tremendas de relacionamiento que no dejan de llamar la atención. Sin embargo se extraña la tranquilidad de los tiempos de Joe Biden o Barack Obama, sin dejar de lado que como decimos líneas arriba el pueblo americano sabía, e igual se expresó inequívocamente en una dirección.
En ese marco el Uruguay es una cáscara de nuez en el mar, hay que decirlo con todas las letras. Entendemos a los exportadores, entendemos a las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores, del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, de Industria, porque lo que firman hoy se lo vuelan mañana. Sigue siendo importante lo de los mercado lejanos y estables de Vegh, como puede ser un Corea del Sur, un Japón, pero esta turbulencia, también hay que decirlo, afecta a todo.
Hay un contrasentido en lo que hace Trump con Brasil al que le impone un arancel del cincuenta por ciento a sus productos si quieren entrar al mercado americano, aludiendo a una supuesta persecuta sobre su amigo y ex presidente del país vecino Jair Bolsonaro, la antítesis de Lula. Pero esa forma de complicar al vecino país pega en el foro de San Pablo, núcleo duro industrial brasileño donde se afincan la mayoría de los votos de Bolsonaro. O sea que para defender a Bolsonaro Trump le pega a la parte que justamente se identifica con éste, aún cuando quiere pegarle a todo el Brasil comandado por un gobierno de izquierda. Turbulencias de un mundo que ya no calza los puntos de antes y que nos desafía demasiado ante una realidad que cambia a menudo al punto de ya no generar certezas.
No es sencillo todo esto. Incluso cuando los partidos políticos uruguayos armen sus programas de gobierno rumbo a las elecciones tendrán que hilar muy fino acá asumiendo determinados niveles de profesionalización en la Cancillería pues los tiempos vienen bravos y por su tamaño Uruguay no tiene capacidad de presión, no tiene posibilidad de llevar en peso a nadie. Todo un desafío.
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