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En la soledad de una tarde – noche, tomar un mazo de cartas y jugar un solitario es parte de un pasatiempo, que en nuestro ego individual, generalmente tratamos siempre de ganar, aún cuando tengamos que hacer un camino más corto o como se dice vulgarmente, tratar de llegar al triunfo con alguna trampa que nos permita la felicidad de lograr el objetivo. Eso era en otros tiempos, aunque hoy todavía las cartas de cartón, no tan utilizadas, siguen siendo parte de nuestros juegos en la soledad o compartiendo con algún grupo, pero ya no el solitario.

Las cartas han y son parte de un pasatiempo, para tratar de lograr estar si se quiere acompañados de cierta manera, como para utilizar la cabeza en otra cosa, olvidar los problemas que pueden ser parte de nuestro diario vivir. Pero en definitiva, siempre intentamos recorrer los caminos que nos permita llegar al triunfo, sentirnos ganadores y poco importa si nos hacemos trampas hasta en el solitario. Transitamos nuestra vida tratando de ser los mejores, en cada una de las acciones o tareas que podemos emprender, de por sí, somos competitivos siempre los humanos, en todos los sentidos. En las diferentes acciones o juegos que emprendemos, siempre tratamos de encontrar la “veta”, para alcanzar nuestros objetivos y si se quiere estar siempre en el lugar indicado o soñado. Cada día de nuestras vidas es un desafío diferente y en ese sentido tratamos de hacer nuestro mejor juego, para sentirnos ganadores, aún sabiendo que la “trampa” es el camino más seguro de llegar al triunfo, o por lo menos con un esfuerzo menor. No todos somos iguales y como siempre cada uno trata de lograr lo mejor, aún cuando el camino a recorrer pueda resultar más largo o complicado, entonces cuando se hace por derecha, uno puede sentirse diferente, como que el logro es mucho más importante. Pero sabemos que aquellos que en algún momento nos decían los mayores, “hecha la ley, hecha la trampa” o “la doble interpretación”, de la misma. Están siempre aquellos que procuran eludir o quebrantar algo que en algún momento se estableció por norma, pero donde la interpretación queda de acuerdo a la mirada de cada uno, más allá que no tenga porqué seguir ese camino.

Claro, que nuestro punto de vista no se refiere a aquellos que con las cartas intentan llevar adelante un juego en solitario y tratar de lograr el triunfo, con las trampas de encontrar en el mazo, la que nos permita recorrer el camino más corto. En la soledad de una mesa, el juego puede terminar más rápido, pero seguramente que volveremos a entreverar los naipes e ir por un nuevo juego, ya que la soledad que nos acompaña, permanecerá en esa pieza vacía.

Hoy también con las nuevas herramientas, ya no necesitamos de las cartas de cartón, sino que el juego puede estar en la pantalla y que también es atrapante, donde hacer la trampa, ya no es tan sencillo, porque la máquina nos pone situaciones que no podemos “acortar” el camino. Ya no estamos tan solos y la máquina o lo que hoy conocemos como la inteligencia artificial, es parte de nuestro rival, claro que tampoco nos permite ese contacto con la humanidad, tan necesario.

En este caso, cuando la situación se complica, cerramos ese juego y abrimos una nueva oportunidad, para encontrar la fórmula, para también quedarnos con la victoria.

Es que en cierta forma, los humanos no nos conformamos en una derrota y somos porfiados, buscamos siempre estar en los lugares que nos permita sentirnos importantes, compitiendo, aún cuando sabemos que no será sencillo llegar al objetivo.

Pero nuestra mirada no es en este juego al solitario, que nos hacemos trampas para tratar de ganar siempre, sino en cosas que nos mostraron una posibilidad en lo que fueron las Elecciones Internas, donde las listas fueron infinitas, que cuando uno llegó al cuarto secreto, podía pasar el día, para tratar de mirar cada una de ellas y que en definitiva en las Nacionales, no serían tantas. Pero, sorpresa fue que los movimientos, en este caso de ajedrez, las fichas de movieron de un lado a otro y hoy la sorpresa es que cada día vamos conociendo en nuevo candidato a ocupar una banca en el Parlamento.

En las Internas, en definitiva lo que se eligió fue al candidato a Presidente y después lo que fue la fórmula de cada uno de los partidos, para seguir el rumbo, de lo que irán en la plancha al Senado o a la Cámara de Diputados.

También en nuestro departamento que tiene la posibilidad de lograr cuatro bancas a la cámara baja, los salteños vamos a tener una gran variedad de candidatos en cada uno de los Partidos, por lo que nuevamente ingresaremos al cuarto oscuro, esta vez con la obligación de hacerlo, para tratar de hacer un paseo y mirar o por lo menos en ese instante conocer cada una de las listas.

En definitiva, con tantas elecciones que llevan mucho tiempo, seguimos haciendo trampas al solitario y quizás de futuro sería mucho más importante encontrar soluciones, para que en definitiva se presenten, aquellos que por capacidad sean los mejores.

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