La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

La actual bajante del Río Uruguay, dejó a flor de agua el esqueleto deteriorado del mítico buque fluvial Surubí, construido en el astillero Mihanovich que estuvo instalado en Salto en los primeros años del siglo XX.  Unos años de fuerte impulso industrial- económico con base y utilización del rio Uruguay.

La historia del Surubí

Según la historia el buque de transporte fluvial, fue construido en el año 1901 y cumplió durante años, un servicio de transporte de pasajeros entre Salto y Buenos Aires y por la ruta del Rio Paraná con varias capitales de provincias argentinas. Tenia una capacidad para 150 pasajeros, que transportaba en primera y segunda clase. Su calado era de 0.85 con 51 metros de largo  y 6 metros 10 cm. de ancho. 

Era propulsado por una caldera a vapor, tipo Compound; de  2 cilindros (16” y 32” x 36)  fabricada por A. & J. Inglis, de Pointhouse, Escocia.

Al comienzo trabajo bajo bandera uruguaya y posteriormente siempre perteneciendo a la compañía Mihanovich, paso a su filial argentina y navegó bajo bandera del hermano país. Las conveniencias y ventajas movían ese juego de la empresa que gestionaba este y otros barcos, cuando el transito fluvial de pasajeros y carga era fluido e intenso. Un fuerte temporal, registrado en el año 1930, provocó su hundicmineto.

Ubicado en aguas que dividen al CRS y al SRC

Anclado en las inmediaciones del desaparecido astillero, muy cerca de la ubicación que tenía como  buque sede el CRS , también desaparecido, con bajantes extraordinarias como la del presente, el Surubí  a flor de agua, fue blanco predilecto del accionar de nadadores y buzos aficionados del medio, que durante años, fueron extrayendo recuerdos que terminaron como platos, ventanillas redondas de bronce e infinidad de pequeños objetos, como trofeos, recuerdos de ese vapor que marco toda una época de una vida si se quiere de esplendor para Salto.

Hoy, la parte superior, en parte construida en madera, desapareció y en su lugar se mantiene el esqueleto de  vigas, puntales de hierro, oxidado por el agua y el paso de los años  manteniéndose intacta las parte de gruesas chapas y hierro que conformaron su casco y estructura básica.

En estos días, es nuevamente noticia, porque la bajante dejo casi a flor de agua, la parte superior de ese buque que es parte de una leyenda fluvial urbana, de años que todo indica era de un Salto más aldeano, pero con actividades que lamentablemente desaparecieron, y que en su momento dieron. Un fuerte impulso al desarrollo y crecimiento. Quien esto escribe, es de una generación de adolescentes que muchas veces sin medir el riesgo que se corría, llegaron a la estructura del Surubi para sumergirse entre sus restos tratando de ubicar en aguas trasparentes como las actuales, algún objeto que tomado como trofeo, probara que allí estuvimos y buceamos entre sus restos. Algo que hoy, asumimos, no es aconsejable por el innecesario riesgo de vida que se corre. Pero, cuando se es parte de una barra de chiquilines inquietos y audaces, no de medin peligros y felizmente , no se pagó con vida esas incursiones, y si con raspones y alguna herida superficial al rozar ángulos de hierro que conforman el esqueleto de parte de su estrtuctura destinada a pasajeros y servicios. Lo bueno, fue haberlo vivido y poderlo contar y recordar hoy.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking

Titulares Diarios

Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte