En una entrevista reveladora con LA PRENSA | Streaming, Sara Ardaix, directora del Colegio Salesiano, abordó temas de gran relevancia para la educación y el futuro de Uruguay. La conversación giró en torno a la crisis de natalidad que enfrenta el país y sus profundas implicancias en el ámbito educativo. “Nos enfrentamos a un problema que requiere una reflexión y acción conjunta a nivel nacional”, afirmó Ardaix. 

El impacto de la crisis de natalidad en la educación

Ardaix subrayó que la baja tasa de natalidad en Uruguay ha comenzado a manifestarse de manera notable en el sistema educativo, afectando tanto a colegios públicos como privados. “Si seguimos este ritmo, corremos el riesgo de convertirnos en un pueblo en extinción”, comentó, resaltando que esta disminución en el número de estudiantes es un fenómeno que obliga a las escuelas a reestructurarse y a repensar su funcionamiento.

“Hoy en día, vemos que algunos centros dependen de barrios muy lejanos para completar sus grupos de estudiantes”, explicó. “En nuestro último relevamiento, notamos que el Colegio Salesiano recibe estudiantes de 18 barrios diferentes, algo impensable hace unas décadas”. Ardaix enfatizó que la baja natalidad afecta no sólo al número de maestros y aulas necesarias, sino también a áreas futuras como la salud, la producción y el sistema de jubilación. “Este es un tema clave que invita a pensar y actuar ahora, ya que de seguir así, enfrentaremos serios problemas en el futuro”.

Un cambio en las prioridades de los jóvenes

La directora también se refirió a un cambio notable en las prioridades de vida de las nuevas generaciones, que prefieren desarrollar sus carreras y viajar en lugar de formar familias a una edad temprana. 

Según Ardaix, esta transformación en las prioridades es una tendencia que se observa en varios países desarrollados, particularmente en Europa y Estados Unidos. “Hay una cultura que promueve la realización personal desde una perspectiva más individualista. Antes, el proyecto de vida giraba en torno a la familia y la comunidad; hoy, muchas personas buscan satisfacción personal a través de logros individuales, lo cual es muy distinto a lo que veíamos en generaciones anteriores”.

Ardaix también se refirió al desafío económico que enfrentan los jóvenes. “Hoy se necesita una formación continua para mantener una estabilidad laboral. Antes, uno estudiaba una carrera y ese conocimiento bastaba para toda la vida. Actualmente, los jóvenes saben que para lograr una vida digna deben estar siempre capacitándose y en constante cambio laboral, lo cual es un desafío adicional”.

La misión de la educación: formar personas y no solo profesionales

En un tono reflexivo, Ardaix se refirió a la misión de la educación, destacando que esta debe ir más allá de la enseñanza de materias y enfocarse en la formación integral de la persona. “La escuela no sólo debe enseñar buena matemática o geografía, sino ayudar a los estudiantes a responder preguntas profundas: ¿quién soy? ¿Cómo puedo ser feliz? ¿Qué quiero aportar al mundo?”.

Ardaix considera que una educación de calidad debe inculcar en los jóvenes el sentido de comunidad y la vocación de servicio, enseñándoles a amar lo que hacen y a ver el trabajo como una forma de contribuir al bienestar social. “La educación es una profesión sagrada, ya que su misión es la persona misma. Para educar a alguien, se necesita de una tribu, un esfuerzo conjunto de padres, maestros, amigos y de la comunidad en general”.

La educación como base para un Uruguay mejor

En sus palabras finales, Ardaix hizo un llamado a reconocer la importancia de la educación en el desarrollo del país. Destacó que la formación académica debe complementarse con valores y principios que guíen a los jóvenes a construir un futuro mejor para ellos mismos y para la sociedad en su conjunto. “La educación es la base que determina qué clase de vida tendrá una comunidad. Si logramos inculcar en nuestros jóvenes el amor por el aprendizaje y el respeto hacia los demás, podremos construir una sociedad más fuerte y un país más próspero”.

Con un tono optimista pero realista, Sara Ardaix concluyó la entrevista reafirmando su compromiso con una educación integral y humanista, que prepara a los jóvenes no solo para un mercado laboral en constante cambio, sino también para la vida y la convivencia en comunidad.