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En una entrevista exclusiva, Marcirio Pérez, figura clave en la creación del Hogar Estudiantil de Dos Naciones, reflexiona sobre los desafíos, sacrificios y logros de este proyecto que transformó vidas.

Un sueño que nació de una necesidad sentida

El Hogar Estudiantil de Dos Naciones cumple 40 años, un aniversario que recuerda su impacto en la educación de jóvenes rurales. En conversación con Pedro Rodríguez, el maestro y edil Marcirio Pérez, pieza clave en la fundación del hogar, compartió la historia detrás de este proyecto que nació en la administración del intendente Malaquina. “El hogar fue una respuesta a una necesidad muy sentida”, afirmó Pérez. En la década de 1980, muchos jóvenes de las zonas rurales enfrentaban dificultades para continuar sus estudios más allá de la primaria debido a las limitaciones económicas y geográficas. Ante esta problemática, el gobierno departamental asumió el desafío de crear un espacio que ofreciera vivienda, apoyo y orientación a estos estudiantes.

Una obra de sacrificio y comunidad

El inicio del proyecto no estuvo exento de obstáculos. Según Pérez, el presupuesto inicial estaba enfocado principalmente en garantizar la manutención de los jóvenes. “Comenzamos con muchas carencias y sin los elementos calificados para organizar un instituto de tal jerarquía, pero logramos superar esas barreras con esfuerzo colectivo”, recordó.

Un rol fundamental en este esfuerzo fue el de Leonardo Vinci, descrito por Pérez como una figura inspiradora. “Leonardo fue una pieza clave; su entusiasmo y liderazgo fueron esenciales para llevar adelante esta iniciativa. Nos ayudó a mantener el rumbo y a enfrentar los desafíos con determinación”, destacó.

El equipo fundador, compuesto por Vinci, el comisario retirado Luis Cayetano y el propio Pérez, trabajó incansablemente para estructurar el hogar. Las maestras Selva y Irrazabal también jugaron un papel crucial, brindando no solo educación, sino un sentido de familia dentro del hogar.

Impacto en la comunidad rural

El impacto del hogar se sintió de inmediato. La iniciativa atrajo estudiantes de todo el departamento de Salto, especialmente de las localidades de Belén y Constitución, que no contaban con centros estudiantiles propios en ese entonces.

“Los jóvenes encontraron en el hogar un lugar seguro donde podían enfocarse en sus estudios. Esto fue un alivio para las familias rurales, que antes no tenían opciones para que sus hijos continuaran su educación secundaria”, destacó Pérez.

Además, el hogar sentó las bases para el desarrollo de nuevas oportunidades educativas en la región. Décadas más tarde, otros centros estudiantiles comenzaron a surgir en zonas rurales, ampliando el alcance de la educación en el departamento.

Un legado que perdura

Con el paso de los años, el Hogar Estudiantil de Dos Naciones evolucionó y adoptó el nombre de Simón Rodríguez, en honor al pedagogo venezolano. Este cambio reflejó la importancia de la educación como motor de transformación social, un principio que guió la visión inicial de sus fundadores.

A lo largo de cuatro décadas, cientos de jóvenes pasaron por sus instalaciones y lograron convertirse en profesionales, muchos de los cuales hoy recuerdan con gratitud sus años en el hogar. “Cada vez que voy a Termas del Dayman, me encuentro con ex alumnos que me agradecen lo que el hogar representó en sus vidas”, compartió Pérez con emoción.

El valor del trabajo en equipo

Al reflexionar sobre este aniversario, Pérez no dejó de mencionar el rol que desempeñaron sus compañeros en el éxito del proyecto. “Leonardo Vinci, el comisario Luis Cayetano y yo teníamos objetivos comunes, pero cada uno aportó su propio enfoque. Leonardo, con su visión y energía, fue el motor que nos inspiró a seguir adelante”, afirmó.

El trabajo conjunto entre el gobierno departamental, las maestras y la comunidad en general permitió que el hogar se consolidara como un pilar de la educación en la región.

Un reconocimiento necesario

De cara al futuro, Pérez indicó que se están evaluando actividades conmemorativas para reconocer el legado del hogar y fortalecer su papel en la educación rural. “Este aniversario es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la juventud y la educación”, concluyó.

El Hogar Estudiantil de Dos Naciones no solo fue un proyecto educativo, sino un símbolo de esperanza para las comunidades rurales. A 40 años de su creación, su legado sigue vivo en las historias de superación de sus egresados y en el reconocimiento de un departamento que vio en la educación un camino hacia un futuro mejor.

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