Director del Diario LA PRENSA, mi mayor consideración. Saliendo a caminar por la costanera sur de nuestra ciudad lugar donde sin duda podemos ver los mejores atardeceres, algo de lo cual los salteños somos privilegiados, me llevé la desgraciada sorpresa de lo mal que los salteños hacen uso de este espacio público, sobre todo en el parque que está luego del cartel de Arenitas Blancas. Realmente es increíble, o más atinado decirlo de otra manera, inconcebible, ver el desprecio que muchas personas tienen por la naturaleza. No se puede entender como quienes van por allí y deciden realizar un asado utilizando leña que cortan de los árboles que allí están, además, y para colmo, el fuego lo generan recostado a los árboles quemando así el tronco principal y no son pocos los árboles que ya se han perdido por esa absurda e incivilizada manera de pasar un rato libre.

Las inconductas de las personas al utilizar árboles vivos como soporte para hacer fuego son preocupantes y reflejan una falta de consciencia sobre el medio ambiente. Quemar un árbol de esta manera no solo daña el ecosistema inmediato, sino que también tiene repercusiones a largo plazo. Un árbol cerca de un curso de agua, como un río, desempeña un papel crucial en la protección de la ribera, previniendo la erosión del suelo y manteniendo la calidad del agua. Además, estos árboles proporcionan sombra y hábitat para numerosas especies, contribuyendo a la biodiversidad. La pérdida de un árbol no es algo que pueda repararse rápidamente. Dependiendo de la especie, un árbol puede tardar décadas en alcanzar su tamaño y función ecológica completos. Durante este tiempo, el área afectada puede experimentar un aumento en la erosión del suelo, cambios en el microclima local y una disminución de la fauna que depende del árbol para refugio o alimento. Estas acciones irresponsables revelan una falta de respeto hacia la naturaleza y subrayan la necesidad de educar a las personas sobre el valor de los árboles y cómo su destrucción impacta negativamente en el entorno y las comunidades que dependen de estos recursos naturales. Es crucial fomentar prácticas sostenibles que protejan y preserven los ecosistemas vitales para el equilibrio del planeta, por ello la Intendencia Municipal no puede estar ajena a un problema tan importante, debería existir un control y multas para quienes realicen estas prácticas barbáricas. Jacinto Rodriguez