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Para el Pae Richard Soto, desde hace 28 años, la noche del 1 de febrero se convierte en un momento de profunda espiritualidad. Yemayá, la madre de las aguas y de todos los Orixás, es homenajeada por la comunidad afro-umbandista en un acto de fe, religiosidad y compromiso social. En Salto, esta tradición se mantiene viva, no solo como un evento religioso, sino también como un espacio de encuentro cultural y de solidaridad con los más necesitados. Es en ese sentido que la obra social de Soto, con el lema de "dejar los egos y quedarnos con la fe", invita a que "el mejor homenaje sea ayudar con alimentos a los más necesitados".

En Uruguay, la comunidad afrodescendiente ha mantenido viva esta celebración, fusionándola con las tradiciones locales. En Salto, específicamente en Playa Las Cavas, la noche del 1 de febrero es un punto de encuentro para quienes sienten el llamado de Yemayá y desean agradecerle por su protección y guía.

Un Encuentro de Fe y Solidaridad

Más allá del acto religioso, esta celebración tiene un fuerte componente social, así lo siente y transmite el Pae Richard. Como cada año, los fieles llevan alimentos no perecederos para colaborar con la obra social que se sostiene desde hace 28 años. La religión, en este sentido, trasciende el ritual y se convierte en un acto de empatía y compromiso comunitario.

Una Invitación Abierta a la Comunidad

Este año, como siempre, se extiende la invitación a todos aquellos que deseen participar. A las 23:30 del 1 de febrero, los fieles se reunirán en Playa Las Cavas para dar inicio a la ceremonia de bienvenida a Yemayá. Además de los rituales espirituales, se busca seguir reforzando la obra social, dijo a LA PRENSA el religioso, por lo que se solicita a los asistentes que colaboren con donaciones de alimentos no perecederos.

El evento es un recordatorio de que la verdadera religiosidad no se mide por el lujo o la ostentación, sino por la capacidad de ayudar a quienes más lo necesitan. Como bien se expresa en la tradición umbandista, comentó: "Primero está el ser y luego el tener". El Pae Richard Soto recibe las donaciones en su propio hogar y templo, ubicado en calle Andrés Latorre 260, entre San Martín y Ramírez.

 

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