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En la jornada de ayer, pasadas las 12 del mediodía, un lector de este vespertino fue víctima de un intento de estafa telefónica que, afortunadamente, no llegó a concretarse gracias a su rápida reacción. Según relató el lector a nuestra redacción, la llamada ingresó a su teléfono fijo. Al atender, escuchó un llanto entrecortado acompañado de las palabras “mamá, mamá, tuve un accidente”. La voz correspondía a un joven de sexo masculino. Lo llamativo del caso es que en ese hogar no hay hijos varones jóvenes ni familiares que coincidan con esa descripción.

Al notar la incongruencia y advertir que se trataba de la conocida modalidad delictiva conocida como “cuento del accidente” en la que los estafadores apelan a la sorpresa y el miedo para luego pedir dinero o bienes, el vecino optó por cortar la comunicación de inmediato, evitando así cualquier maniobra posterior.

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