
Librerías en Salto /
Lo que el tiempo se llevó
Lo que se observa en la foto que acompaña esta nota, es el vestigio de uno de los últimos reductos que tuvo Salto para la venta de libros. O sea, venta pura y exclusivamente de libros. Está así como se lo ve, en calle Sarandí, pocos metros hacia el sur de calle Artigas, vereda oeste. Fue hace más de dos décadas que se llevó a cabo en ese lugar una gran liquidación de una librería que antes había recorrido varios locales.
Especie en extinción
Pero ver esta librería cerrada no se trata de un caso aislado. La tendencia a la desaparición de librerías es muy fuerte. Insistimos, no papelerías y jugueterías donde además, como un agregado, se ofrecen libros, sino librerías exclusivamente, como las que abundan prácticamente en todos los barrios de Montevideo o Buenos Aires. Hay quienes sostienen, con sobrada razón, que “las librerías son una especie en extinción”.
Quienes busquen por estos días en Salto una librería propiamente dicha, solo encontrarán dos: una en Salto Shopping y la otra en calle Treinta y Tres, en pleno centro. Nada más. Por supuesto que el oficio de librero, otrora famoso, hoy prácticamente ya no existe.
Nostalgia
Para algunos salteños, la situación es sinónimo de profunda nostalgia. Para otros, es nada más que parte de una evolución natural de las sociedades, en lo que ha influido sobremanera la lectura en pantallas. Los nostálgicos recuerdan, por ejemplo, “Librería Elizaincín” (de Martín Elizaincín, en Uruguay al 700), “Librería Salto” (de Celeste “Lila” Escanellas y Elena “Pipa” Pose, en la Galería Sarandí), “Librería Rodó” (de Óscar Martínez y Dardo Sena, en Brasil al 900), “Albe Libros” (de Daniel Aljanati, en Joaquín Suárez frente al Teatro Larrañaga), “Mundo Mágico” (de Jorge Testa y Mary Rodríguez, en Artigas al 500) y otras varias que seguro quedan en el tintero.
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