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Hace un par de días, la crónica policial emitida por Jefatura de Policía de Salto, daba cuenta de una persona que denunció amenazas por parte de un prestamista colombiano. Quien denunció, se había atrasado en el pago de cuotas, lo que provocó las amenazas del acreedor. Este mismo año, hace tres o cuatro meses, otra persona denunció que su casa había sido baleada en horas de la noche por individuos que se desplazaban en moto, y todo hacía suponer que el motivo fue una advertencia, en un caso similar al anterior; es decir, desavenencias entre quienes otorgan préstamos y sus clientes. Sin embargo, LA PRENSA también ha recibido en las últimas horas, la comunicación de más de un salteño que entiende que “las cosas no son tan así”.

Desde estas páginas, el tema de personas con nacionalidad extranjera que se dedican a prestar dinero ya fue abordado algunas veces. Se trata del sistema “por goteo”: el préstamo es especialmente a comerciantes, a los que luego se los visita todos los días para recibir una pequeña cuota diaria.

Los que defienden

Cuando se ha criticado estas acciones, porque evidentemente están fuera de la ley (autorización para otorgar créditos solo tienen los bancos o empresas financieras debidamente habilitadas), por otra parte han surgido voces que las justifican y defienden. Esto, porque se entiende que estos prestamistas “salvan a gente que no puede obtener un crédito en ningún otro lado”. Pero además, se argumenta que “si cumplís con ellos, no hay ningún problema, y si no podés cumplir, hablando uno se entiende bien y tampoco hay problema si te atrasás”.

¿Estrategia para no pagar?

Así las cosas, pero sin poner el foco en ningún caso en particular de los que han trascendido últimamente, sino hablando totalmente en general, hay quienes afirman que “denunciar amenazas es una estrategia para no pagar”. Se ha explicado a periodistas de este diario, que hay personas que solicitan un préstamo, luego (por el motivo que fuese) deciden no pagar. Entonces tratan mal a su acreedor (directamente y de mala manera dicen que no pagarán) hasta provocar la reacción de este para luego tomar el papel de víctima y realizar una denuncia.

Sea como sea, lo cierto es que situaciones como estas se repiten cada vez con más frecuencia. ¿Deberán actuar las autoridades? ¿Cuándo? ¿De qué manera?

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