La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

China y la India, tras meses de negarse a condenar la guerra de Rusia en Ucrania, no se interpusieron en la publicación esta semana de una declaración de las principales economías del mundo que critica duramente a Moscú. ¿Podría ser esto, por fin, una señal de un nuevo y audaz cambio de política por parte de Beijing y Nueva Delhi para alinearse con lo que Estados Unidos y sus aliados creen que es la mejor manera de poner fin a una guerra que ha llevado la muerte y la miseria a Ucrania y ha trastornado millones de vidas mientras los precios de los alimentos y la energía se disparan y las economías se resquebrajan?

No cabe duda de que un mundo cansado de la guerra está deseando ver en ella el comienzo de un cambio de las florecientes potencias mundiales. Sin embargo, si se mira con detenimiento, hay suficientes sutilezas, por no mencionar puntos de vaguedad, tanto en la declaración oficial publicada al final de la cumbre del Grupo de los 20 en Bali, Indonesia, como en las acciones de China e India, para plantear dudas sobre si se está produciendo un cambio real.

Sus posiciones se aclararán en las próximas semanas, pero por ahora ambas naciones, que tienen importantes lazos comerciales con Rusia y que hasta ahora se han abstenido de criticar abiertamente la guerra, pueden estar simplemente velando por sus propios intereses y manteniendo abiertas las opciones futuras. Averiguar qué ocurrió exactamente en Bali es importante porque cada vez es más preocupante que, sin la presión política y diplomática de China e India, sea mucho menos probable que Rusia ponga fin a su guerra.

“La mayoría de los miembros condenaron enérgicamente la guerra en Ucrania y subrayaron que está causando un inmenso sufrimiento humano y exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial”, dijo la declaración. El lenguaje poco universal -“la mayoría de los miembros”- señala la presencia de disensos, al igual que el reconocimiento de que “hubo otros puntos de vista y evaluaciones diferentes” y que el G-20 “no es el foro para resolver cuestiones de seguridad.” Sin embargo, el producto final fue visto por algunos como un fuerte reproche a una guerra que ha matado a miles de personas, ha aumentado las tensiones de seguridad global y ha perturbado la economía mundial. La declaración pública utilizó el lenguaje de una resolución de la ONU de marzo que deploraba “en los términos más enérgicos la agresión de la Federación Rusa contra Ucrania” y exigía “su retirada completa e incondicional” del territorio ucraniano.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking

Titulares Diarios

Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte