Las autoridades municipales de la capital polaca informaron este martes de que cientos de calles de la ciudad están cerradas para los vehículos privados, mientras en varias zonas del país se dan temperaturas de hasta 25 grados bajo cero. El ayuntamiento de Varsovia ha desplegado un dispositivo de emergencia, con 170 camiones que esparcirán arena por más de 1.500 kilómetros de calzadas para hacerlas transitables y paliar las consecuencias de una ola de frío y unas nevadas "que no se veían en mucho tiempo", según el Gobierno municipal.

En las regiones más occidentales de Polonia se registra además el paso de un temporal con vientos de más de 70 kilómetros por hora, mientras en el este las temperaturas mínimas alcanzaron los -25 grados durante la noche.

Debido a que las nevadas han sido copiosas en los últimos días y las temperaturas no han rebasado los cero grados, hay grandes capas de nieve convertidas en hielo incluso en los centros urbanos de las grandes ciudades, donde equipos de emergencia trabajan contra reloj en difíciles condiciones para tratar de mantener abiertos pasos para peatones.

Un policía municipal de Cracovia (sur) declaró a EFE que el pasado fin de semana su patrulla atendió a "más de veinte" personas que resultaron heridas al resbalar con el hielo y aseguró que en los últimos días se han multiplicado los accidentes de circulación, a pesar de haber disminuido el tráfico.

Según la Policía, al menos tres personas han perdido la vida en la última semana en casos de hipotermia, y en todo el país se han habilitado refugios para los casi 30.000 sin techo que hay en Polonia.

La ola de frío está causando además problemas inesperados, como es el caso de una colonia de 40.000 murciélagos de una especie amenazada que hiberna en las ruinas de un fuerte de la Segunda Guerra Mundial situado en Międzyrzecki (oeste), donde la nieve acumulada podría tapar los orificios que ventilan el lugar y poner en peligro la subsistencia de estos animales.