El sábado, murió una de las pasajeras que iba a bordo del ómnibus de Cutcsa que el pasado sábado 26 se estrelló contra el muro de la rambla en Pocitos y terminó en la playa junto al agua. Su familia presentó una denuncia penal contra el chofer y adelantó que avanzará en una demanda civil contra la empresa. 

Se trataba de una mujer de 55 años. Según su abogado, Leonardo Narancio, había conseguido una “changuita” hace tres meses como portera en un edificio de Pocitos, al que iba dos veces por semana. Vivía en Solymar, estaba casada y no tenía hijos. Desde el día del siniestro estaba internada en un CTI. Sufrió fuertes golpes en los riñones y una de sus piernas había quedado muy comprometida. El viernes los médicos le practicaron una operación para amputársela pero la paciente no sobrevivió a la intervención. 

Narancio, su abogado, dijo que se esperan los resultados de la autopsia. Afirmó que, en su opinión, la empresa tiene una responsabilidad “objetiva” por la muerte. Viajaba como pasajero. El transportista tiene una obligación de resultado, llevar a destino en las mismas condiciones que subieron. Claramente no sucedió. Desde nuestro punto de vista, la responsabilidad de Cutcsa es objetiva”. “Distinto sería en un accidente de tránsito convencional. Allí sería subjetiva”. 

El fallecimiento de la mujer podría hacer cambiar la carátula del caso. La fiscalía, hasta el momento, investiga una denuncia por “lesiones”, presentada por cuatro pasajeros. Ahora, el expediente podría pasar a “homicidio”. Por otra parte, otro de los pasajeros, un hombre de 47 años, que corría riesgo de quedar paralítico, fue operado con éxito. Su recuperación, se estima, llevará unos seis meses. El chofer del bus sigue internado.