En un hecho inédito en la política uruguaya, Gabriel Pereyra, periodista y activista social, logró unir a los dos principales candidatos presidenciales en un acuerdo histórico para priorizar la primera infancia.  En el marco de una campaña electoral marcada por la crispación, ambos aspirantes firmaron un documento que establece siete compromisos concretos en favor de los niños de 0 a 3 años, una etapa crucial para el desarrollo humano.

El poder de la neurociencia en la política pública

Pereyra basó su iniciativa en estudios que demuestran la importancia de los primeros años de vida en el desarrollo cognitivo, emocional y social. “Lo que pasa en los primeros tres años de vida no se puede prácticamente recuperar”, enfatizó, citando un estudio de 22 años realizado por el King’s College de Londres sobre niños rumanos criados en hospicios durante el régimen de Nicolae Ceausescu. Estos hallazgos refuerzan la idea de que las carencias en la primera infancia pueden tener efectos irreversibles en la vida de las personas, desde mayores tasas de violencia y adicciones hasta dificultades académicas y laborales.

Un llamado a la acción política

La idea de Pereyra nació de su profunda preocupación por los problemas estructurales de Uruguay. Al identificar la primera infancia como la raíz de muchas problemáticas sociales, decidió tomar medidas concretas. “Llamé primero a Álvaro Delgado, porque él había manifestado su disposición a firmar un documento. Luego hablé con Yamandú Orsi. Ambos aceptaron”, explicó. Pereyra redactó el acuerdo, revisó los programas de ambos partidos y estableció puntos claros y medibles. El documento incluye, entre otros compromisos, aumentar las partidas presupuestales destinadas a la primera infancia y reglamentar leyes ya existentes que ordenan el gasto público en este ámbito.

Un acto de sensibilidad y estrategia

El periodista destacó la importancia de este gesto en medio de una campaña polarizada. “En un momento de tanta crispación, vale el gesto. Pero también espero que se concrete”, afirmó. Pereyra advirtió que hará un seguimiento constante del cumplimiento de estos compromisos. “Tengo la firma de ambos candidatos, y voy a encargarme de recordárselo durante los próximos cinco años, sea quien sea el presidente”.

Un costo difícil de calcular, pero necesario

Cuando se le preguntó sobre el costo de implementar estas políticas, Pereyra admitió que es un desafío complejo. Según estimaciones de Naciones Unidas, erradicar la pobreza infantil por ingresos en Uruguay requeriría unos 300 millones de dólares anuales. Sin embargo, señaló que el problema va más allá del dinero. “La educación recibe 10.000 millones de dólares por quinquenio, pero necesitamos eficacia y eficiencia”, dijo.

Más allá del simbolismo

Aunque muchos han elogiado el acuerdo como un acto simbólico, Pereyra insiste en que es solo el comienzo. “El simbolismo es importante, pero es vital que las cosas se concreten. Necesitamos un cambio conceptual sobre cómo la sociedad trata este asunto”, expresó. El periodista también reflexionó sobre cómo las generaciones más vulnerables han perdido la visión de un futuro mejor. “Vivimos en un país donde la primera infancia está relegada. Esto no solo es una cuestión de empatía, sino de egoísmo: si no lo solucionamos, las consecuencias nos afectarán a todos”. Para Pereyra, esta iniciativa trasciende su rol como periodista. “Es un compromiso ético, de vida. Me parecía que no podía quedarme de brazos cruzados ante algo tan importante”, confesó.

Un futuro por construir

La firma del acuerdo representa un pequeño pero significativo paso hacia un futuro mejor para los niños de Uruguay. Sin embargo, como bien señala Pereyra, los problemas estructurales no se resolverán en cinco años. “Estamos en la etapa de entender el problema. Este es solo el comienzo”. El periodista finalizó con un llamado a la acción: “Espero que honren este compromiso, no solo por los uruguayos más vulnerables, sino por el futuro de todos nosotros”.