Como es notorio el pasado 11 de febrero, en una cancha de fútbol 5, ubicada en la zona del Cerro de nuestra ciudad, en el transcurso de un partido entre amigos, se produjo un incidente en el cual, el joven Diego Volpi, sufrió una brutal agresión, sufriendo la fractura del maxilar donde se sumaron 7 fracturas, a lo que se sumó también el tabique nasal, todo lo que derivó en lesiones que afectaron la zona orbital y de visión de sus ojos.

El tenor de las lesiones, sin duda de gravedad, determinó que el mismo deberá ser sometido a varias operaciones de reconstrucción plástica, por lo que el joven, según informó su madre Leticia Rodríguez, mañana domingo, será trasladado al Hospital de Durazno, donde un cirujano especialista, iniciará la serie de operaciones a realizarle.

Hay una denuncia penal contra el agresor

La madre del joven agredido, Leticia Rodríguez, confirmó a Canal 4 de Cablevision, que la agresión a su hijo, fue realizada por un jugador de fútbol también salteño, que actualmente está enrolado en un club de futbol profesional de Montevideo. Este, fue denunciado penalmente por la familia del agredido, para lo cual, contaron con la asistencia profesional de un abogado del medio. 

Según lo expresado por la madre, la agresión se inició con un golpe de puño al rostro y cuando Diego cayo al piso, semidesmayado, indefenso, su agresor le aplicó una brutal patada en la cara que se entiende le produjeron las fracturas en el maxilar y el tabique nasal,  todo lo que lo dejó inconsciente. Asistido por amigos, reaccionó, y fue acompañado a la Emergencia del Hospital Salto. Allí, se confirmo las fracturas en el rostro y la entidad de las mismas, ya que ademas de la mandíbula, también le afecta los pómulos.

Tras la denuncia policial, por Medico Forense, se confirmo la gravedad de las lesiones y así se inicio un proceso, estando identificado el agresor, que se espera en días, sea llamado a declarar.

La madre, lamento que tras el hecho, el agresor, subió a su red social, la actividad social y de diversión de ese fin de semana, no mostrando arrepentimiento o preocupación por la agresión realizada y sus consecuencias. A todo ello, tras iniciado el proceso legal ni el agresor ni su familia, le hicieron llegar a la familia de la victima, ninguna disculpa o interés en conocer como se encontraba el lesionado.