
Nueva muerte en el centro de reclusión /
Familiares de fallecido en el INR Nº 20 denuncian falta de atención médica
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Por Pedro Rodríguez
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pedrorgz@vera.com.uy

En Uruguay, el sistema penitenciario enfrenta una crisis alarmante que ha cobrado vidas y dejado a numerosas familias en duelo. La falta de atención médica adecuada denunciadas en las cárceles ha sido un tema recurrente en los últimos años, y las historias de dolor y sufrimiento se multiplican. Este artículo se centra en el testimonio desgarrador de Natalia, quien compartió con LA PRENSA los trágicos detalles sobre la muerte de su hermano en la cárcel, así como otros incidentes recientes que evidenciarían las falencias del sistema.
Una muerte, dos versiones
El 17 de noviembre de 2024, Natalia recibió la devastadora noticia de que su hermano Pedro Alcántara había fallecido en la Unidad Nº 20 del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). "Lo enterramos ayer", dijo con tristeza, mientras relataba las circunstancias confusas que rodearon su muerte. Aunque la versión oficial indicaba que su hermano había muerto por causas naturales, Natalia y su familia tenían serias dudas sobre lo sucedido. "La directora dice una cosa y mis sobrinos, que estaban con él, me cuentan otra", afirmó. Natalia explicó que su hermano no tenía problemas de salud previos, y que, según los testimonios de otros reclusos, no recibió la atención médica necesaria en el momento crítico. "Pienso que no le dieron la atención que correspondía, estando en la sala, me dicen que el médico charlaba por teléfono mirándolo, pero no le brindaba atención médica", expresó. A medida que compartía su historia, se hacía evidente el dolor y la frustración acumulados por la falta de respuestas.
Muertes que se acumulan en el INR Nº20
La muerte del hermano de Natalia no es un caso aislado. En un informe reciente del Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario, Juan Miguel Petit, se reveló que el 28% de las muertes violentas registradas en 2023 se debieron a negligencias o fallas institucionales. Este dato alarmante pone de manifiesto un problema sistemático dentro del sistema penitenciario uruguayo.
Marcelo Ramón Azambuja Benítez
Ejemplo de ello, es el de Marcelo Ramón Azambuja Benítez, quien falleció en marzo de 2024 tras una golpiza durante una requisa en el mismo centro de reclusión que hoy ocupa la noticia. Fuentes confiables informaron a LA PRENSA que un funcionario policial y un operador penitenciario golpearon repetidamente a Azambuja, quien supuestamente se resistió al operativo. La versión oficial sostiene que fue hallado desvanecido en una oficina tras ser sacado del pabellón por desacato. Sin embargo, esta discrepancia ha generado serias dudas ,a los familiares, sobre la veracidad de los hechos reportados. LA PRENSA informó oportunamente acerca de la presunta adulteración de los Libros de Guardia para hacer coincidir con la versión oficial.
Un patrón que se repite
Los testimonios recopilados revelan un patrón preocupante: muchos reclusos han fallecido debido a la falta de atención médica oportuna. En el caso de Azambuja, altas fuentes denunciaron a LA PRENSA que la enfermería no habría asistido al interno antes del infarto y que además hubo intentos de alterar los registros médicos oficiales para encubrir lo sucedido. "Los encargados de esos libros se negaron a participar en dicho encubrimiento", indicaron las fuentes cercanas al caso.
Atención médica tardía
Otro caso ocurrido el año pasado es el de un joven que ingresó al INR 20. Su padre, visiblemente afectado, compartió su desgarrador relato sobre la experiencia de su hijo en el sistema penitenciario. El relato comienza el martes, cuando el hijo del hombre fue trasladado al INR 20. "El miércoles tenía fiebre", recordó el padre con tristeza. A pesar de sus síntomas, no fue hasta el jueves que lo internaron en un hospital. "Estaba por desacato y era adicto a consumir estupefacientes", explicó. El padre había mantenido contacto con su hijo a través del teléfono de la cárcel. "Le pregunté qué le pasaba y me dijo que tenía fiebre", relató. A pesar de la gravedad de su estado, las autoridades esperaron hasta el último momento para actuar. "Para mí, si tenía fiebre desde el martes, debieron trasladarlo ese mismo día", enfatizó.
"...respiraba mal y estaba expectorando sangre"
El domingo, mientras trabajaba, recibió una llamada del hospital. "Me dijeron que le faltaba el aire y que tenía problemas respiratorios", recordó con angustia. Al llegar al hospital, encontró a su hijo en una sala apartada, con oxígeno y un policía en la puerta. Aunque parecía estar consciente y hablando, su condición se deterioraba rápidamente. "Me decía que le faltaba el aire y que quería bañarse", contó el padre. Sin embargo, a pesar de sus intentos por mantener una actitud positiva, la situación era crítica. "Ya respiraba mal y estaba expectorando sangre", afirmó.
Me dijeron que había muerto...
La tarde del domingo se tornó oscura cuando recibió la noticia fatal. "Me dijeron que había muerto", recordó con lágrimas en los ojos. Para él, esta muerte no solo representa una pérdida personal, sino también un fracaso del sistema penitenciario para proporcionar atención médica adecuada a quienes están bajo su custodia. "Considero que los presos deben tener los mismos derechos a la atención médica que cualquier otra persona", afirmó con firmeza. Su hijo no estaba encarcelado por un delito grave; estaba allí por desacato y consumo de drogas.
Necesidad de analizar las fallas del sistema penitenciario
Los casos como los de Natalia y el padre del joven fallecido son solo algunos ejemplos del sufrimiento que habrían sido causadas por "fallas"del sistema penitenciario . Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para, investigar, y mejorar las condiciones dentro de las cárceles y garantizar una atención médica adecuada para todos los internos.
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