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El endeudamiento del agro con el sector bancario creció a porcentajes de dos dígitos en la comparación interanual en forma constante desde julio de 2022. Al cierre del excepcional ejercicio 2021-2022 e incluso durante 2023 se incrementó a tasas de entre 20% y 26%. En 2024 el ritmo bajó mes a mes y en noviembre se ubicaba sobre el 10%. El rubro ganadería es el que más aportó a ese incremento que ubica la dotación de créditos en niveles récord. En los dos últimos años la deuda del campo sumó US$ 1.000 millones y, según el último dato publicado por el Banco Central del Uruguay (BCU), correspondiente a noviembre de 2024, se situaba en US$ 3.770 millones, máximo registro histórico.

Aunque el stock de deuda es alarmante, la morosidad se mantiene baja. El incumplimiento se ha situado sobre el 1% del total e incluso menos, aunque con grandes variaciones entre sectores. En el último mes analizado fue de 0,8%, equivalente a US$ 32 millones en créditos vencidos sumando todos los sectores de producción. El 30% del endeudamiento corresponde al sector ganadero y otro 20% corresponde a las empresas agrícola ganaderas. Después de varios años (2015 a 2021) de una evolución moderada, a un ritmo de un dígito, en el ejercicio 2021-2022 el endeudamiento se estabilizó en torno a los US$ 770 millones, con una tasa de morosidad de alrededor de 1%. A partir de agosto 2022, cuando los precios ganaderos empezaron a bajar y la sequía se empezó a hacer sentir, comenzó a crecer a dos dígitos hasta picos interanuales de más de 20%. El último dato del BCU muestra un endeudamiento bancario de US$ 1.150 millones al cierre de noviembre de 2024, un aumento de 13% respecto a un año antes. La morosidad tuvo un pico de 2,2% en setiembre para reducirse en noviembre otra vez al 1%.

Agricultura con otras variables

En la agricultura el comportamiento del crédito es más zafral, con los rendimientos como variable de ajuste, la posibilidad de incorporar maquinaria y “mejoras en pequeños detalles”. En el último mes estudiado el sector arrocero, por ejemplo, tuvo un incremento interanual de 52% hasta US$ 159 millones. Se disparó debido a una significativa ampliación del área cultivada por las expectativas generadas por buenos precios y condiciones productivas positivas; la morosidad en ese caso es muy baja, de 0,5%. Considerando la suma de todos los cultivos el incremento ha sido constante desde mediados de 2022, con crecimiento interanual de dos dígitos. Entre noviembre de 2022 y noviembre de 2024 el endeudamiento del sector aumentó de US$ 305 a US$ 506 millones. Solo en el último año estudiado fue de 37%, con una morosidad muy baja de 0,2%, que se redujo durante el segundo semestre de 2024 desde niveles de 3% y 4% en el año agrícola 2023/24 ante el fracaso de los cultivos de verano en 2023.

La mirada desde el BROU

Gabriela Fernández, quien ocupa la gerencia ejecutivo corporativa del Banco de la República (BROU), destacó que el banco tiene créditos por más de US$ 1.500 millones en el sector agropecuario y que los niveles de morosidad son “históricamente bajos” y no representan un problema.

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