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La última encuesta conocida daba cuenta del 50% de popularidad del presidente Luis Alberto Lacalle, el índice más alto de América y comparte el podio de los tres primeros con el de Ecuador y Argentina. No se puede tener la mitad de la ciudadanía a favor del presidente casi al momento de entregar las llaves del gobierno nacional al próximo mandatario electo, de un país caído a pedazos y en donde el estado de sensación térmica fuera negativo y pesimista de sus acciones de gobierno, tal como sostienen los miembros de la oposición y en especial la formula frenteamplista al ballotaje.

Diría que son dos condiciones excluyentes, ¿entonces la popularidad no esta para nada vinculada a la gestión y al estado de la Nación? Yo creo que si y en forma directa. Es más, dije anteriormente que aunque la popularidad no significaban votos electorales propiamente dichos era un indicativo puesto que siendo admiradores de Lacalle el electorado seguramente no elegiría a los candidatos de la oposición, radicalmente opuestos a la historia del presidente en funciones, los que dicen que esta todo mal en la economía y en la conducción del país: es decir, ¿cómo entender a los que piensan y dicen que Lacalle es el número 1 y después salgan a votar a Orsi? Pienso que hay una relación directa de tal estado de opinión publica respecto al presidente Lacalle Pou relacionado con los votos esperados para el sucesor también legitimado por las urnas, Álvaro Delgado.

Digamos además, más allá de la nota exitosa del gobierno de Lacalle, de la que hemos hablado in extenso desde estas páginas, permítanme resaltar el resultado del plebiscito contra la Reforma del Sistema de Previsión Social impulsado entre otros por el Partido Comunista y el Pit-Cnt. Una ley emblemática del Presidente que demostró su carácter y entereza para llevar adelante una reforma largamente esperada y siempre ignorada por las fuerzas de izquierda. Puesta en duda por el movimiento sindical y los extremistas de siempre, se movilizo y agitó a la población durante la recolección de firmas y luego por la campaña de la papeleta blanca del Si a la Derogación, pero resulta que el 60 por ciento de los uruguayos considero innecesarios los cambios sugeridos y por el contrario los reafirmó… y eso significó una victoria rotunda de Lacalle y la Coalición Republicana. En términos generales y políticos es lo mismo que pasó con la Ley de Urgente Consideración (LUC): un éxito y un respaldo notorios al gobierno. Es otro indicativo pues, que indica una perspectiva positiva para la suerte de Delgado en semanas venideras, se siente un ánimo a favor por su destino político electoral. Marca una tendencia a favor de su victoria frente a Yamandu Orsi que es todo lo contrario a lo relatado. Pero también tengamos en cuenta lo obvio, los votos obtenidos por la Coalición Republicana son superiores al Frente Amplio, fueron 48 por ciento para Delgado y 44 para Orsi.

Y también hay que tener en cuenta que la Coalición Republicana, es un mecanismo político consolidado en su andamiaje y marcha en el poder, además de confirmada su vocación de seguir en las riendas de la conducción de este país. Ya no es un propuesta joven y audaz del pasado que podía generar dudas y desconfianzas de todo tipo, decían que no duraba tres meses en el gobierno, sino que se transformó en una realidad cuyas bondades se comprueban por los hechos reales ocurridos del período y no los relatos facciosos de las campañas protagonizadas por Orsi y los suyos. La Coalición Republicana no es algo nuevo y desconocido sino que es buena y exitosa, a las pruebas me remito.

Yo creo que Delgado es el legitimo sucesor de Lacalle, fue su compañero de primera hora cuando Luis se lanzó a la aventura presidencial que luego se convirtió en realidad. Y al principio… estaba Delgado, fue leal y eficiente Secretario de la Presidencia dándole al cargo un caris de Jefatura de Gabinete que aquí en Uruguay no hay. Y luego fue Delgado el candidato para las internas y después la formula presidencial del Partido Nacional. Y ahora es el estandarte del legado de Lacalle, para liderar una Coalición Republicana para los próximos 5 años del Uruguay. ¿Cuál sería la perspectiva negativa de su desempeño electoral? Ninguna, al contrario a mi me parecen positivas…

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