¡Chocolate por la noticia!
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Por Mario Kroeff Devincenzi
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mkroeff@laprensa.com.uy
¿Cuál es la razón por la que Lucía Topolansky dijo lo que dijo sobre las declaraciones falsas de algunos para inculpar y meter presos a represores? Sinceramente no lo se ciertamente, pero especulo sobre cientos de razones, desde las más inesperadas hasta las estratégicas de una red de negociaciones políticas. Nunca se sabe con la familia Mujica-Topolansky, puede ser tanto un disparate, un descuido, una casualidad, como una obra maestra de ingeniería política. Pepe esta cada vez más parecido a Cantinflas, capaz que Lucía va en el mismo camino.
Primero que Lucía no mintió para nada, además es algo que mucha gente lo sostiene o por lo menos lo sospecha. Puede ser algo que se dice al pasar como una verdad evidente y notoria pero que en el fondo es relativo. Por ejemplo, es como decir que por el Puente de Salto Grande ingresa desde Argentina contrabando o drogas, todo el mundo lo sabe o lo intuye. Claro que otra cosa es probarlo concretamente por parte de los denunciantes de turno y en general. Pero además, en el caso aludido habría que precisar los términos, ¿mentiras de que tipo... parciales o totales, exageraciones y descontextualizaciones de por medio, especulaciones, piadosas, expresas o generales…? En el fondo pareciera más humo que otra cosa, otros dicen, con la anuencia de fiscales y jueces “… chocolate por la noticia”.
Segundo. Las declaraciones fueron hechas hace tiempo y son producto de una entrevista que salió publicada recientemente en un libro, podrían ser muy probablemente un producto del marketing especializado para promocionar la venta, publicidad de la mejor para hacer dinero a costa del escándalo y debate público generado. El dinero recaudado puede ser un buen aliciente para hacer las cosas más asombrosas, y a Lucía y el Pepe no le entran ni las balas, ahora…
Tercero. La posibilidad de un acuerdo secreto con Manini Ríos para lograr los votos de Cabildo Abierto en la Cámara de Representantes para el oficialismo frenteamplista, a cambio de una mecha prendida para generar la libertad o la prisión domiciliaria de algunos o todos los militares apresados. Entonces, se inicia el debate que conduciría finalmente al beneficio para los arrestados de alguna manera y en tiempos acotados. Me parece que tiene un costo muy caro y es en toda su magnitud inverosímil, los votos se podrían conseguir más baratos, eventualmente. Se pusieron en contra todo el aparato de la izquierda radical y particularmente los comunistas, a quienes habría señalado como los protagonistas del asunto, dejando de lado a los tupamaros tildados de más principistas y moralistas (sic). Algo así como que “nosotros somos incapaces de hacer eso, pero ellos si…” Sobrevuela a flor de piel el viejo rencor de tupamaros y comunistas.
Tercero. A toda luz parece un planteo retórico que no tiene respuesta, que se larga al aire, simplemente para enunciarlo y esperar el escándalo. Una táctica guerrillera que bien conoce la pareja presidencial, poner una bomba para llamar la atención y dar un mensaje de terror, nada más. Me hace acordar, de una manera más inocente, al aviso publicitario de la zapatilla Pampero en la que unos niños recrean una escena muy común de nuestras travesuras de antaño, en la que hacían el "Ring Raje", tocaban el timbre de una casa y salían rajando solo para molestar y sorprender a los moradores de la misma.
Cuarto. El tema trae a colación la validez sacrosanta de las “declaraciones” por la sola palabra de un litigante y la discrecionalidad de creerlas per se sobre todo desde el que acusa, se da en este caso que afecta a militares, o también a las mujeres víctimas de violencia de género o incluso a los niños y jóvenes por violencia y acoso sexual. Notoriamente en el caso de los declarantes contra los militares hay un escenario y clima tendiente más a la venganza que a la justicia y además el “vale tutti” con tal de poner a tal cual tras las rejas. Dijeron cualquier cosa y lo creyeron al pie de la letra, incluso con guiñadas cómplices… Y ahora, mediante la misma modalidad, Lucía pretende por su mera declaración afirmar todo lo contrario de lo que alguno de sus camaradas dijo ante la justicia para inculpar a militares por doquier. Otra vez, la palabra de ella contra la de los declarantes de turno. Una declaración mata a la otra y así sucesivamente.
Cuarto. No puede haber efectos concretos. La ex vicepresidente fue citada a declarar, precisar y ampliar sus dichos. Pero, ¿qué va a decir ante el fiscal y o el juez? Sería otra opinión, vaga en general, ¿a quienes va a delatar? a nadie y ¿cómo sabe que es mentira lo que declararon en su momento? Bueno se corrió el rumor, era una verdad en voz baja, alguien me lo dijo… me imagino sus comenarios.
Entonces, solo humo para armar lio accesorio y vanagloriarse, igual que su marido de ser una vieja sabia y virtuosa, o simplemente que esta gagá y en etapa terminal…
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