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Llega diciembre y, con él, las corridas típicas para comprar los regalos de Navidad. Pero entre el apuro y los descuentos que prometen ser “únicos”, muchas veces nos olvidamos de algo fundamental: nuestros derechos como consumidores. Por eso, vale la pena repasar qué dice la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 17.250) para no pasar un mal rato en esta época del año.

Un punto clave de la ley es que los comercios tienen la obligación de brindarte información clara y completa sobre lo que estás comprando. Si vas a regalar un electrodoméstico, una prenda de vestir o un juguete, el precio, las características y cualquier promoción deben ser claros desde el principio. Y no importa si el producto es importado: todo tiene que estar en español, para que no te vendan “gato por liebre”.

¿La compra no fue lo que esperabas? Acá es donde entra la garantía, pero no siempre es tan sencillo. Aunque la ley no obliga a ofrecer un plazo mínimo de garantía, si el comerciante la promete, debe cumplir con lo pactado. Además, si el producto tiene defectos de fábrica o no funciona como debería, podés reclamar su reparación, cambio o devolución del dinero, según el caso. Guardar el ticket o comprobante es clave para el reclamo.

Las compras por internet, o cualquier medio que no sea presencial en el local, también tienen sus reglas. Si el producto que te llega no es como lo mostraron, está dañado o simplemente no cumple con lo que prometieron, podés reclamar. Además, por Ley siempre tenés derecho a devolverlo dentro del plazo de 5 días, pero ojo: es importante leer bien las condiciones antes de comprar.

Otro tema típico de esta época son las promociones. Todos hemos visto esos carteles de “50% de descuento” o “última oportunidad”. Bueno, la ley exige que esas ofertas sean claras y cumplan con lo que prometen. Si al momento de pagar te cobran algo distinto o hay “letra chica” que nadie te explicó, tenés derecho a exigir lo que estaba anunciado.

¿Y qué pasa con los juguetes? Todos los productos para niños tienen que cumplir con normas de seguridad específicas. Además, deben incluir advertencias claras sobre su uso, especialmente si pueden ser peligrosos. Si un juguete resulta ser riesgoso y esto no estaba debidamente informado, el comercio está incumpliendo la ley.

Por último, si algo no sale como esperabas, no te quedes de brazos cruzados. Podés reclamar directamente al comercio, y si no te dan respuesta, recurrir a Defensa del Consumidor. Este organismo está para garantizar que se cumplan tus derechos. Y si el problema persiste, no dudes en consultar a un abogado para buscar una solución.

Al final del día, las compras navideñas deberían ser una experiencia para disfrutar, no un dolor de cabeza. Conociendo tus derechos y animándote a reclamarlos, vas a poder enfrentar las fiestas con más tranquilidad.

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